Servando Gómez Martínez, “La Tuta”, líder máximo de Los Caballeros Templarios, estaba “a salto de mata”. Así lo dijo en septiembre del año pasado Monte Alejandro Rubido, comisionado Nacional de Seguridad.
Autodefensas y fuerzas federales le seguían los pasos desde 2013, por lo que dejó de pasearse por la plaza principal de Tumbiscatío, donde, según vecinos, vivían algunos líderes del narco. Dejó de ir al palenque. Es un aficionado a la pelea de gallos.
Las autodefensas y autoridades llegaron a lugares donde, según ellos, se escondía el capo. Buscaban a “La Tuta” en la sierra, cuevas, casas, y hasta en los matorrales, dijo en entrevista el comandante de la Fuerza Rural de Michoacán, Estanislao Beltrán.
El ex autodefensa detalló que los policías rurales ‘peinaban’ la sierra a pie y en los vehículos de la corporación, con apoyo de las policías Estatal y Federal.
En febrero de 2014, el entonces comisionado para la Seguridad y Desarrollo Integral de Michoacán, Alfredo Castillo Cervantes, dijo que la detención de “La Tuta” se daría, ya que su margen de maniobra y poder de acción se habían limitado y acotado.
Policías federales lograron un gran acercamiento a “La Tuta” el 9 de abril 2014 en la comunidad de El Caulote, en Parácuaro: los uniformados detectaron al capo, sin embargo logró darse a la fuga. Las autoridades detuvieron a seis presuntos escoltas.
Quince días después, en una reunión a puerta cerrada con diputados federales, el comisionado Rubido dijo que “La Tuta” estaba cercado y no podría salir de Michoacán.
Ese mismo mes unos 500 autodefensas se trasladaron al municipio de Arteaga, aseguraron que ahí se escondía “La Tuta”. ‘Peinaron’ la zona e incluso entraron a cuevas para asegurarse de que ahí no estuviera el capo.
En un operativo desplegado en un refugio de “La Tuta” en Infiernillo, en mayo de 2014, fueron decomisados un lanza granadas, 16 armas largas, siete granadas, tres armas cortas, nueve radios de comunicación e incluso una espada, ahí murieron cuatro presuntos delincuentes.
Gómez Martínez tenía sus propios escondites, como los tuvieron algunos de sus secuaces. Tal fue el caso de Dionisio Loya Plancarte, “El Tío”, quien fue encontrado por fuerzas federales dentro de un armario en una casa en Morelia, el 27 de enero del año pasado.
El 22 de enero, al cumplirse un año de que Castillo asumió el cargo de comisionado dijo que la Procuraduría de Michoacán aseguró 105 inmuebles de Los Templarios con un valor comercial superior a los mil millones de pesos.
Entre los bienes asegurados había ranchos, establecimientos comerciales, casas-habitación y gasolineras, las cuales, en su mayoría, habían sido despojadas de sus legítimos dueños en los municipios de Lázaro Cárdenas, Arteaga, Múgica, Tumbiscatío y Apatzingán.
Más de un mes después de esa declaración y de que Castillo fue separado del cargo, “La Tuta” fue detenido a dos años de que autodefensas se levantaron en armas para combatir las extorsiones, secuestros y homicidios de Los Caballeros Templarios, y después de un intenso trabajo de inteligencia de las instituciones de seguridad.
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