La vida de Sandra dentro del crimen organizado duró tan sólo tres años, en ese lapso de tiempo logró escalar posiciones en el Cártel de Los Zetas.
La mujer de 15 años de edad logró escalar grandes posiciones hasta tener a su cargo a más de 50 sicarios a su servicio a quienes ordenó secuestros y asesinatos.
El día que la detuvieron, la mujer dijo pertenecer al Cártel del Golfo ya que si decía que pertenecía a Los Zetas, los militares la golpearían con más energía. Cuando comenzó su carrera delictiva, lo hizo por dinero, no para llenarse de lujo si no para mantener a su hija, comprarse comida y sobrevivir.
Desde pequeña se mudó a Cancún, Quintana Roo, para buscar un mejor futuro. Su primer trabajo fue como sexoservidora, después intentó ser edecán, después vendió zapatos en abonos, ropa usada en un tianguis y llegó hasta a cuidar niños a domicilio.
En aquellos días estaba saliendo con un muchacho y aquel joven le presentó a otra joven que se terminó haciendo su amiga. Aquella amiga la llevó a una fiesta con criminales luego se convirtió en halcón, más tarde participó con grupos de secuestradores y después ella misma se haría sicaria hasta tener a su mando a 53 personas.
Hasta el momento, la joven tiene 18 años y se encuentra interna en un centro de Tabasco de donde es originaria. Ahí terminó la vida Zeta para Sandra quien hoy quiere comenzar una nueva vida.
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