En medio de un enfrentamiento entre elementos de las Fuerzas armadas y estatales contra presuntos miembros del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), murió María Guadalupe López Esquivel, alias “La Catrina”, en Tierra Caliente, Michoacán.
Con tan sólo 21 años, “La Catrina” habría sido la encargada de liderar la emboscada a policías estatales en el municipio de Aguililla, que dejó nueve uniformados muertos y otros 13 lesionados.
Investigaciones de la Secretaría de Seguridad Pública, señalan que “La Catrina” se encargaba de pagar a “los halcones” del CJNG, que reciben hasta 4 mil pesos a la semana
“La Catrina”, hija de un empresario ganadero y un ama de casa, nació el 30 de marzo de 1998 en el municipio de Buenavista, pero desde su infancia vivió en el municipio de Tepalcatepec.
"Tranquila mija ya viene el helicóptero por ti, tranquila hija, vas a estar bien! trata de aguantar e", así es cómo a pesar de que los quiso matar, Honorables Soldados intentaron salvarle la vida a "La Catrina" la Jefa de Sicarios del CJNG en Michoacán https://t.co/2N4Y0oxNfx pic.twitter.com/l6tTGGUStD— Blog del Narco Oficial (@blogdelnarcomx) 13 de enero de 2020
CJNG se enfrenta al Ejército en Michoacán, detienen al “M2” líder regional y abaten a María Esquivel “La Catrina” quien embosco y mato a 14 Policías Estatales en el Aguaje https://t.co/oO0lCROiRD pic.twitter.com/KZ2UqQriIk— Blog del Narco Oficial (@blogdelnarcomx) 11 de enero de 2020
De ser una niña considerada como una buena estudiante, pasó a ser reconocida como una joven que siempre estaba de fiesta o en la calle.
“A esa chamaca le llamó más la atención andar en la calle y pasear en su moto que seguir sus estudios, hasta que empezó a juntarse con los ‘lacras’, se perdió en las drogas”, contaron vecinos de Tepalcatepec.
La joven rentaba un departamento de la colonia Los Cerritos, en Tepalcatepec, pero se fue a vivir al municipio de Aguililla tras conocer a Miguel Fernández “El M2”, un sicario del cártel liderado por Nemesio Oseguera Cervantes.
Desde entonces comenzó a colaborar con dicha organización criminal, y además de hacerse cargo de la nómina del cártel, también se dedicó a extorsionar y secuestrar, según vecinos.
“La Catrina” destacaba entre los sicarios por su metralleta Uzi, calibre 22, tuneada con un fondo negro, nubes grises y salpicados en color rojo.
Quienes la conocieron, la recuerdan por su voz y forma de hablar muy peculiar, así como por “su belleza y buen cuerpo”, donde llevaba un tatuaje de la muerte.
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