Tras conocer el veredicto de culpabilidad a Joaquín El Chapo Guzmán Loera, la Administración para el Control de Drogas (DEA por sus siglas en inglés) reveló un video del capo llorando cuando fue extraditado a Estados Unidos en 2017.
Hace poco se dio a conocer que el exjefe del Cártel de Sinaloa escuchó, con la mirada perdida, la palabra ‘culpable’, que lo llevará a enfrentar una sentencia de cadena perpetua, si sus abogados pierden la apelación.
Aunque el veredicto se dará en unos meses, muchos auguran que Guzmán Loera tendrá que soportar la prisión de por vida en Estados Unidos.
Ahora, como una cachetada con guante blanco, el departamento estadounidense viralizó el video del 19 de enero de 2017, cuando El Chapo llegó a Nueva York, mordiéndose el labio y tratando de evitar que las lágrimas cayeran por su rostro, pues no quedaba ni la sombra de quien fue conocido como el despiadado jefe del cártel más poderoso de México.
Después de ser escoltado fuera del avión en el Aeropuerto MacArthur en Long Island, Loera Guzmán se sentó en una silla en un hangar rodeado de agentes federales estadounidenses, quizá con los pensamientos de todo lo que le esperaría y la imagen de su esposa Emma Coronel Aispuro, quien lo acompañó durante los más de tres meses que duró su juicio, y de sus hijos
Hace poco se dio a conocer que el exjefe del Cártel de Sinaloa escuchó, con la mirada perdida, la palabra ‘culpable’, que lo llevará a enfrentar una sentencia de cadena perpetua, si sus abogados pierden la apelación.
Aunque el veredicto se dará en unos meses, muchos auguran que Guzmán Loera tendrá que soportar la prisión de por vida en Estados Unidos.
Ahora, como una cachetada con guante blanco, el departamento estadounidense viralizó el video del 19 de enero de 2017, cuando El Chapo llegó a Nueva York, mordiéndose el labio y tratando de evitar que las lágrimas cayeran por su rostro, pues no quedaba ni la sombra de quien fue conocido como el despiadado jefe del cártel más poderoso de México.
Después de ser escoltado fuera del avión en el Aeropuerto MacArthur en Long Island, Loera Guzmán se sentó en una silla en un hangar rodeado de agentes federales estadounidenses, quizá con los pensamientos de todo lo que le esperaría y la imagen de su esposa Emma Coronel Aispuro, quien lo acompañó durante los más de tres meses que duró su juicio, y de sus hijos
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