Más de cincuenta huachicoleros de las zonas de Mocorito, Angostura y Navolato, roban diariamente un promedio de 150 mil litros de gasolina de los ductos de Pemex que atraviesan por esos municipios, lo que les reditúa ingresos brutos hasta por 45 millones de pesos cada mes.
De acuerdo a un recorrido de campo hecho por Ríodoce, los huachicoleros se apoyan en un mercado constituido por miles de pobladores que habitan en las diferentes sindicaturas y rancherías de esos municipios, que prefieren pagar el litro de gasolina robada a 10 pesos, en lugar de los 17.60 pesos que es el precio oficial que se vende en las gasolineras.
“Yo tengo una Frontier, y con 500 pesos la lleno… Ah, y voy a la gasolinera y me gasto casi 900 pesos; nada más ahí me estoy ahorrando 400 pesos, súmale cuatro veces al mes que echo gasolina a la troca, ¡son mil 600 pesos ahorrados!”, comentó un vecino de Culiacán que llena de combustible su camioneta en una colonia del norte de la ciudad.
Según un huachicolero que permitió ser entrevistado por este semanario a condición que no revelar su nombre ni lugar donde habita, hay al menos 20 camionetas doble rodado que cada día se abastecen de hasta 5 mil litros de gasolina, además de seis pipas con capacidad de 10 y 20 mil litros que también van y llenan sus contenedores para posteriormente surtirla a 10 pesos el litro a los diferentes moradores de los municipios de Culiacán, Mocorito, Badiraguato, Angostura, y Navolato.
Haciendo un calculo rápido, la ordeña mensual de combustible robado podría ascender a 4 millones 500 mil litros, sólo en las zonas de Mocorito, Angostura y Navolato, lo cual estaría generando pérdidas comerciales valuadas en aproximadamente 79 millones.
Bastarían siete meses de ordeña ilegal de combustible para generar ingresos brutos suficientes para construir otro estadio de los Tomateros de Culiacán, que costó 515 millones de pesos y que salió de los bolsillos de los contribuyentes.
“Desafortunadamente es un problema que ha venido creciendo en los últimos años, que ya no sólo afecta a PEMEX, sino a todos nosotros como sociedad, pues es dinero que puede invertirse en obra pública o programas de apoyo”, sostuvo Carlos Murrieta Cummings, director de Pemex Transformación Industrial.
A nivel nacional, el funcionario petrolero se aventuró a destacar que diariamente los huachicoleros roban 4 millones 134 mil litros de gasolina en todo el país, es decir, 26 mil barriles de combustible al día, lo cual representa una pérdida diaria de entre 20 y 30 millones de pesos.
“Es importante destacar que esa cantidad de dinero va a parar al crimen organizado, cuando es dinero que debería llegar a las arcas del estado mexicano”, sostuvo Murrieta Cumming, según se lee en un comunicado publicado en la página de Pemex.
Al observarle la cantidad de pérdidas que sufre el gobierno cuando se compra gasolina robada, uno de los compradores se defendió diciendo: “Más nos han robado ellos. Y nos han robado por las buenas subiendo la gasolina a lo que se les pegó la gana, y por las malas, con tanto dinero que roban cuando llegan al poder”.
Según reportes de la Procuraduría General de la República (PGR), Sinaloa es uno de los estados con mayor incidencia de robo de combustible, y no existe propiamente una investigación real para erradicar ese delito
Cómo operan
Bastó sólo un día para mirar el gran operativo que los que extraen combustible realizan para ejecutar el robo de gasolina: eligen el punto en donde ordeñarán el combustible, el cual debe estar seguro, y preferentemente lejos de toda población.
A través de radios, los ordeñadores informan a los huachicoleros el lugar exacto donde estarán sustrayendo el combustible, y entonces se ponen de acuerdo quien va, y así es como uno a uno comienzan a llegar para, por medio de mangueras que están conectadas a las válvulas, extraer la gasolina, explicó uno de los operadores.
“Una vez que se llenan los bidones de la doble rodado, se avisa para que llegue otra, y luego a otra, hasta que se surte a todos. Claro, en lo que se hace todo, tenemos punteros por todos lados que están rastreando a los pistaches de las rápidas (soldados que viajan en las camionetas de Pemex), y que no nos vayan a caer de sorpresa”, explicó el ordeñador.
—¿Y ahí mismo pagan la gasolina? —se le interroga.
—Y sí no cómo: a seis pesos el litro, y ya ellos (los huachicoleros) la revenden a 10 pesos. Y pues es una forma de ayudar a la gente, que empezando el año (el gobierno) le subió un chingo a la gasolina.
De acuerdo a rumores entre los mismos huachicoleros, y quienes compran gasolina robada, quien controla la ordeña de combustible es el Cártel de Sinaloa, y según los mismos ordeñadores, hay ocasiones en que se recibe una orden de que ese día no se ordeñe para mantener tranquila la zona, ya sea porque “un jefe” anda cerca, o porque un cargamento de droga está resguardado cerca, pero que ha habido “ambiciosos” que no les ha importado, y aún así ordeñan, pero rápido van y los localizan y rápido los matan, pues “para los jefes el negocio del trasiego de drogas es lo que más les sigue redituando”.
La muerte en un hilo
Los huachicoleros,saben que constantemente su vida pende de un hilo. No sólo cuando se equivocan —y pueden ser muertos por sus jefes, o miembros del Cártel de Sinaloa, o bien por el gobierno—, sino también porque al traficar combustible, éste en cualquier momento puede explotar y someterlos a una muerte instantánea.
“Puede pasar de todo; se nos ha tirado combustible, y es tanta la presión que tienen los ductos, que se calienta, y de la nada se enciende todo. Compañeros se han muerto porque truenan en el camino, o los truena el gobierno. También se portan mal y los jefes los matan. Entonces siempre traemos la muerte con nosotros”, explicó uno de ellos.
Por lo pronto, nada parece detenerlos. Viajan en camionetas tipo doble rodado y ya viejas y endebles. En motos también se mueven, y siempre traen el temor de un día encontrarse con la Marina o “Los Guachos”, y que los acaben a plomazos. Pero mientras ese momento no llegue, es lo que hacen, y es lo que son.
“Aquí son varios, pero para allá en otros municipios también hay gente que anda ordeñando, y pues uno le busca para que salga para la papa”, dice.
Al menos los números están ahí, y éstos no engañan: Sinaloa se encuentra entre los estados con el mayor número de casos de robo de combustible.
En sí, el estado con la mayor cantidad de tomas ilegales en lo que va del año es Guanajuato con 659, seguido de Puebla con 460, Veracruz con 413, Tamaulipas con 408, Estado de México con 292, Hidalgo con 278, Jalisco con 195 y Sinaloa con 166.
Lo que no se dan cuenta los huachicoleros es el daño que hacen, observó Murrieta Cummings.
“No solamente es la pérdida económica del producto perdido, también es un tema de afectación operativa, afectaciones ambientales, con todos los derrames que se ocasionan, muchas de las veces intencionales y en ocasiones accidentales, entonces es una afectación de todo tipo, y ese tipo de costos no los estamos incluyendo”, indicó.
Pero esos señalamientos parecen no importar a quienes se dedican a este delito, que han hecho del robo de combustible un estilo de vida, y según ellos, cuentan con el apoyo de las policías municipales.
Incidentes recientes de huachicoleros
Octubre 4
Un huachicolero que transportaba más de mil litros de gasolina huía de la Marina, y terminó entrando y ocultándose a una escuela privada del proyecto Tres Ríos. Se dio a la fuga.
Septiembre 27
Una camioneta cargada de combustible robado chocó contra una patrulla de la Policía Municipal. No hubo muertes, y los delincuentes lograron escapar.
Julio 15
Un remolque que transportaba un contenedor con mil litros de combustible robado explotó en el bulevar Las Torres, en la colonia Progreso, en Culiacán, Sinaloa.
Mayo 17
Un ducto de Petróleos Mexicanos explotó mientras intentaban hacer una toma clandestina en medio de un campo de maíz en Culiacán.
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