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Fuerzas militares abaten a "Gavilán" sanguinario capo sucesor de Pablo Escobar

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El nombre de Roberto Vargas, alias "Gavilán", salió del anonimato cuando ordenó el asesinato a sangre fría de los estudiantes de la Universidad de los Andes Margarita Gómez y Mateo Matamala. Por el crimen, cometido en el año 2011 en San Bernardo del Viento, se ofrecieron hasta $500 millones de pesos por su captura. Hoy, por información que condujera a su paradero, las autoridades ofrecían USD 2 millones. Pasó a a ser unos de los hombres más buscados del país. 

A las 6:00 de la tarde de este jueves, en un punto del Urabá antioqueño, el que fue su centro de operaciones en los últimos meses, cayó el segundo hombre del Clan del Golfo, el mismo que llegó a extender el terror por todo el país. En su más reciente arremetida, Gavilán ordenó un plan pistola, que tenía como objetivo el asesinato de policías en las principales ciudades de Colombia. Como en las épocas nefastas del narcoterrorismo de Pablo Escobar. 

Cuando tenía 16 años de edad hizo parte de las filas del EPL en su natal Urabá. Al desmovilizarse esa guerrilla entró en 1995 a formar parte de las nacientes AUC de Carlos Castaño. Gracias a su perfil sanguinario y extremadamente violento, militó en varios bloques paramilitares en donde se encargó de perpetrar atroces crímenes que generaron desplazamientos masivos. En 2005 se desmovilizó como parte del bloque Sinú. Un año más tarde, de la mano de Daniel Rendón, alias Don Mario, entró a formar parte de la naciente banda criminal de los Urabeños. En 2012, tras la muerte de alias Giovanny, hermano de Otoniel y segundo al mando de la organización criminal, fue nombrado jefe militar del grupo.

Gavilán ordenó en el 2016 un paro armado que paralizó tres departamentos en la costa Atlántica. Y repitió esa estrategia cuando sus sicarios impidieron abrir el comercio o los colegios en cerca de 20 municipios de Córdoba y Sucre.

Con 17 órdenes de captura en su contra, Gavilán es conocido por su facilidad para apretar el gatillo y por sus aberraciones sexuales. En una amplia zona de Urabá obligaba a niñas menores de edad, entre 12 y 15 años, a sostener relaciones con él. Si ellas o sus familias se oponían, las asesinaba. De allí el inmenso temor que le tiene la población civil. Esa mezcla de miedo y una gran capacidad para corromper a las autoridades locales, incluidos policías, militares, fiscales y jueces, le ha permitió gambetear varias veces los operativos en su contra.

En el 2016 fue desenterrado su mayor tesoro: un cargamento de 9.2 toneladas de cocaína, lista para ser exportada a México, cuyo valor alcanzaba los 250 millones de dólares. Es el mayor cargamento incautado a un solo hombre y su hallazgo se dio en un humilde rancho en Turbo (Antioquia). La operación fue un golpe del que participaron varias agencias antidrogas y de inteligencia de Estados Unidos, que no tardaron en confirmar que como venganza, Gavilán había ordenado el asesinato de varios generales colombianos que estuvieron detrás de este operativo y de la creación de la Operación Agamenón. 

Esta operación que integra grupos élite de Inteligencia, Policía y Ejército, fue desplegada para desvertebrar a los Urabeños, hoy llamados Clan del Golfo. En los primeros meses de funcionamiento, fueron capturados 880 integrantes de la banda, cerca de 50 toneladas de coca decomisada, 70 laboratorios de procesamiento de droga destruidos y decomisos de bienes por más de 150.000 millones de pesos. 

Agamenón comenzó en el 2017 su segunda fase con grandes golpes contra varios de los hombres más cercanos a Dairo de Jesús Úsuga, alias Otoniel, primero al mando del Clan del Golfo. La muerte de alias Pablito, su lugarteniente de mayor confianza el pasado 2 de mayo, el decomiso de casi 100 toneladas de droga y cerca de 1000 integrantes del Clan arrestados, fueron golpes que disminuyó a esa banda resentió y llevó a que se desatara una arremetida mafiosa al estilo Pablo Escobar contra la Policía.

En un sanguinario plan pistola, se llegaron a registrar 12 uniformados asesinados, 36 más heridos y una docena de estaciones y CAI atacados en nueve departamentos.

Para llevar a cabo esas acciones Otoniel y Gavilán recurrieron a sus sicarios y a los asesinos de aliados en el negocio del narcotráfico. Entre ellos, alias Tom, un capo que actualmente es el jefe de la estructura conocida como la oficina de Envigado y por quien también se ofrecen USD 2 millones de recompensa.

Las acciones en contra de la fuerza pública demostraron que las acciones de Gavilán fueron las de un vulgar narcotraficante que trató de venderse ante la opinión como el líder de un grupo de paramilitares arropados bajo el autodenominado nombre de autodefensas gaitanistas.

El partido de Colombia que sirvió para abatir a Alias ‘Gavilán’

El segundo al mando de la banda criminal “los Urabeños”, Roberto Vargas Gutiérrez, alias “Gavilán”, fue abatido en la tarde de ayer por las Fuerzas Armadas en una operación planeada.

Gracias a un previo aviso que señalaba que el criminal vería el partido de la selección Colombia ante Venezuela en una cabaña ubicada en Puerto Plata, en zona rural del municipio de Turbo, lugar a donde llegaría en lancha por la ciénaga de Tumaradó, y donde dormiría esa noche, los militares

Tras corroborar la información, los militares emprenden el operativo abatiendo a Alias “Gavilán” a las 6:15 de la tarde del pasado jueves, minutos después que la tricolor finaliza el partido. En el lugar hubo intercambio de disparos entre las fuerzas especiales y el anillo de seguridad que protegía al delincuente.

El anuncio fue hecho por el Mandatario desde su cuenta de Twitter: “Abatido por la Fuerza Pública alias Gavilán, segundo del ‘Clan del Golfo’.

En su contra, alias Gavilán tenía órdenes de captura por homicidio, desplazamiento forzado, porte ilegal de armas y concierto para delinquir, entre otros delitos.

Hace mes y medio Efrén Vargas Gutiérrez, hermano de alias Gavilán fue abatido durante operativo realizado en zona rural del municipio de Ungía, Chocó.


Quién era el sanguinario "Gavilán"

La vida de Roberto Vargas, alias "Gavilán", estuvo marcada por la sangre y el fuego. La sangre de todo aquel que se cruzara entre él y sus intereses, y el fuego de su pistola, con la que se abría camino en el mundo de la mafia.

"Gavilán" llegó a ser el segundo al mando del cártel de droga más grande de Colombia: Clan del Golfo.

Este jueves, comandos de la Policía y el Ejército, apoyados por helicópteros Blackhawk, abatieron a Vargas. La muerte del capo fue anunciada por el presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, a través de su cuenta de Twitter. Por su cabeza, las autoridades ofrecían 2 millones dólares.

Su vida en el mundo del hampa se inició a los 16 años en su natal Urabá, en el departamento de Antioquia, donde ingresó a las filas de la guerrilla EPL (Ejército Popular de Liberación). Cuando el grupo insurgente se desmovilizó en 1995, pasó a las recién formadas Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), creadas por el desaparecido paramilitar Carlos Castaño.

Vargas pronto se hizo conocido entre sus compañeros, quienes lo consideraban un hombre sanguinario y violento. Sus superiores aprovecharon las tenebrosas cualidades del "Gavilán" -un ave rapaz de la familia del halcón- y le asignaron misiones en las que comandó masacres que causaron desplazamientos masivos.

En 2005, con decenas y decenas de muertos sobre su espalda, se desmovilizó con los paramilitares durante el gobierno de Álvaro Uribe Vélez. Un año más tarde entró a la banda criminal de Los Urabeños, grupo que era liderado por Daniel Rendón, alias "Don Mario", quien luego fue capturado y extraditado a los Estados Unidos.

En 2012, cuando fue nombrado jefe militar de Los Urabeños, "Gavilán" empezó a demostrar su violento temple ordenando un paro armado en tres departamentos de la costa Caribe colombiana. Luego repitió la estrategia en 20 municipios donde impidió abrir colegios y comercios. La medida estaba destinada a retar y mostrar su fuerza al estado colombiano.

En 2011, Vargas ordenó asesinar a una pareja de jóvenes universitarios que acampaban en una playa, solo porque estos -sin saberlo- estaban cerca de un lugar donde una lancha iba a ser embarcada con droga.

La naturaleza violenta de "Gavilán" también se veía reflejada en sus prácticas sexuales: las menores de edad eran sus trofeos de guerra. En los lugares donde ejercía su poder e influencia, obligaba a niñas de entre 12 y 15 años a tener sexo con él. Ni las familias ni las menores se podían negar a los deseos del narco. De lo contrario eran asesinadas.

En 2016, la Policía le incautó 9,2 toneladas de cocaína que tenía escondidas bajo tierra en una caleta. El valor de la droga fue avaluado en más de 250 millones de dólares. Fue el decomiso de coca más grande a un solo hombre en la historia de Colombia.

Luego de esa operación, Gavilán juró tomar venganza. Fue así como puso precio, al mejor estilo de Pablo Escobar, a la cabeza de generales de la policía. Además, ordenó su llamado Plan Pistola en el país, en el que pagaba cerca de 800 dólares por policía asesinado.

Las autoridades colombianas aumentaron los operativos contra el narco, quien en noviembre de 2016 escapó milagrosamente de la muerte luego de un bombardeo en el que 12 de sus hombres fueron abatidos. Su suerte le llegó hasta el 31 de agosto de 2017: Roberto Vargas murió en su ley. Estaba en Antioquía, la tierra del narco más famoso de la historia.

Ahora la fuerza pública va por el número uno del Clan del Golfo: Dairo Antonio Úsuga David, alias Otoniel. Otro personaje macabro en la interminable historia de violencia colombiana.

La palabra de Santos

El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, calificó la operación en la que murió el número dos del Clan del Golfo como "el más duro golpe en los últimos dos años" contra esa banda criminal.

"En una acción muy bien planeada, quirúrgica, por parte de un cuerpo de élite de la Armada, con inteligencia de la Policía y con la ayuda táctica y estratégica de las demás fuerzas, fue dado de baja el número dos del Clan del Golfo", dijo Santos en una declaración en la Casa de Nariño.

Acompañado de los comandantes de las Fuerzas Armadas y de la Policía Nacional, así como del ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, el mandatario indicó que el ataque al campamento de Vargas, que es parte de la Operación Agamenón II, se hizo este jueves en Puerto Plata, zona rural del municipio de Turbo, en el departamento de Antioquia (noroeste).

Santos reiteró que dicha banda "es una de las organizaciones prioritarias en la acción de nuestras fuerzas" y definió al Clan del Golfo como "tal vez la organización criminal más poderosa que estamos confrontando ya desde hace algún tiempo".
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