La noche en que Joaquín "El Chapo" Guzmán consiguió fugarse, sus hijos habrían celebrado una gran fiesta -con el pecho inflado de orgullo- entre amigos y colegas del Cártel que dirigen.
Así lo sugirió El País, citando las palabras de un sujeto sin nombre a partir de rumores. Esos que han formado a la leyenda que hoy conocemos como "El Chapo":
"Dicen que el sábado cuando se fugó sus hijos se pusieron un buen pedón con sus pistoleros. Estaban el Iván, el Alfredo, el Mini Lic..."
Joaquín Guzmán Loera no nació en la capital de Sinaloa, sino en Badiraguato, uno de los 18 municipios que integran al estado. Aun así, es en Culiacán donde más impactó la noticia de su granescape. Fue ahí donde se organizaron marchas, se convocaron misas religiosas -que no se llevaron a cabo- para festejar su escape y poco tardaron en componer nuevos narcocorridos sobre sus túneles.
En Culiacán se dicen muchas cosas de "El Chapo". Aunque algo es seguro. No todos lo quieren, pero gran parte de la población lo admira. El mismo artículo de El País recoge varios testimonios que lo enaltecen.
"Si El Chapo fuera presidente, a lo mejor México fuera rico", "Es una especie de héroe del narcotráfico", "Tiene su propio sentido de justicia [...] El narco de Culiacán es más ranchero, deproteger a la gente".
Y tantos otros que aplauden su rol de líder, porque al final, no es "El Chapo" a quien defienden. Y tampoco es su figura paterna lo que festejan Iván y Alfredo Guzmán, sino al referente de poder sinaloense que radica en "El Chapo" Guzmán, "como si fuera parte de la mexicanidad, con lo que pueda significar eso".
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