El piloto que manejaba uno de los helicópteros de Joaquín Guzmán Loaera y su familia compartió con un periodista de origen colombiano lo que vivió y vio cuando se dedicó a transportar al capo más buscado del mundo.
Todo comenzó el día que Guzmán se encontró por primera vez con el piloto veterano.
El capo, quien había mandado por el piloto desde Miami, en cuestión de unos minutos puso a suservicio al especialista en helicópteros.
El piloto sabía que su nuevo jefe no era una persona como cualquier otra. Al principio no parecía reconocerle y "El Chapo" le comentó: “No soy un angelito. Pero después te voy a contar la historia de un cardenal de la Iglesia católica al que asesinaron creyendo que era yo.”
El piloto continuó escuchándolo y aun bajo una confusión previa, recibió órdenes que desde ese momento sería conocido como “Tinieblo”, según la orden que dio a los 14 hombres que se encontraban armados con armas AK-47 que protegían las espaldas del capo.
“Muy bien, señor Guzmán. No hay problema", respondió el piloto, que en su vida profesional había servido en grandes empresas de aviación, estuvo secuestrado y llegó a compartir cabina con los principales pilotos del cártel de Sinaloa.
El narcotraficante prosiguió explicando lo que tendría que hacer para él. Subrayó que no se trata de explicar lo que había hecho anteriormente, pero le dio instrucciones de que trabajaría para él, sus hijos, su esposa y la madre de este. También destacó que en ese helicóptero de uso exclusivo jamás se traficaría droga, solo transportaría a sus familiares, dinero y quizás algún tipo de armamento, pero solo eso.
El piloto comenzó así una historia al lado de Joaquín Guzmán. Su contratación fue requerida a través de un empresario de aviación privada en Miami que fue trasladado a México. Su paga: 25 mil dólares al mes.
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