Contrario a lo que el 19 de octubre del año pasado hiciera su hermano Aquiles en un departamento del fraccionamiento Los Tulipanes de Lázaro Cárdenas, Michoacán, en el que se suicidó antes que caer en manos de la policía, Servando Gómez Martínez,

A quienes hasta hace unas horas aborrecía y consideraba como sus mayores y peores enemigos, Gómez Martínez, ya en el hangar le comentó, rodeado de policías, médicos, ministerios públicos y peritos, hacia “amplio reconocimiento” e incluso dijo sentir admiración por los agentes policiales federales que se detuvieron.
Además reconoció el hecho de haber utilizado la violencia, ya que su estado de salud puede considerarse poco más que delicado, sobre todo por las afecciones de próstata, por lo que dijo estar bajo tratamiento e ingerir medicamentos, sin poder preciar los nombres de los mismos.
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