El ex pelotero fue detenido en un operativo de autoridades estadounidenses para desmantelar una red de narcotráfico bajo las órdenes del Cártel Jalisco Nueva Generación.
El medio millón de dólares en cocaína en su domicilio podrían costarle a Loaiza, quien niega las acusaciones, hasta 20 años de prisión. Su novia también fue detenida por narcotráfico. En los últimos años, figuran embargos a propiedades del ex jugador de Grandes Ligas
Como lo hacía regularmente, Esteban Loaiza cruzaba la frontera el viernes 9 de febrero, cuando junto con tres carros más fue enviado a inspección secundaria en el cruce fronterizo de Otay, entre Tijuana y San Diego.
Se trataba de una investigación que corporaciones policiacas desplegaban para desmantelar una red de narcotráfico perteneciente al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), investigación que sigue abierta, confiaron autoridades estadounidenses.
En esta etapa del operativo, cuatro carros que transportaban droga serían detenidos. El vehículo Mercedes Benz conducido por el ex jugador de los Dodgers de Los Ángeles ya había sido detectado por cruzar drogas anteriormente, al igual que otros tres automóviles.
Durante la revisión, se localizó un compartimento oculto para el trasiego de drogas, pero sin enervantes. Se ubicaba en la parte posterior de la unidad que Loaiza manejaba, reuniendo todas las características de un narcotics trap, como se conoce a las modificaciones que se hacen a carros para esconder drogas.
Aunque por sí solo, de acuerdo con las leyes en California, está configurado como delito el utilizar, poseer, usar y controlar un compartimento falso con el fin de almacenar, ocultar, traficar y transportar drogas, los agentes federales dejaron ir al ex beisbolista, pero seguido de cerca por elementos del Departamento del Sheriff de San Diego.
Fue una estrategia para ganar tiempo.
Mientras Loaiza seguía su camino en territorio estadounidense, los agentes esperaron que cometiera una falta de tránsito para detenerlo en Imperial Beach, inspeccionar su automóvil y solicitar una orden de cateo para ingresar a su domicilio en esa localidad californiana, comunidad perteneciente al Condado de San Diego y colindante con Tijuana.
Una vez que la orden judicial fue emitida, los agentes ingresaron a la residencia que Loaiza había rentado días antes y localizaron 20 kilogramos de cocaína, valuados en medio millón de dólares.
Para las 5:56 pm, uno de los beisbolistas mexicanos mejor pagados en las Grandes Ligas, estaba ingresando a la cárcel del Condado en Chula Vista, California.
LOAIZA NIEGA ACUSACIONES EN SU CONTRA
El 14 de febrero de 2018, una de las puertas de la Sala 12 de la Corte del Sur del Condado de San Diego, en Chula Vista, fue sellada con cinta amarilla de precaución, a la vez que un grupo de sheriffs custodiaba el ingreso.
Más de 40 reporteros, productores, camarógrafos y fotógrafos, incluidos los dedicados a programas de farándula y deportes, esperaban el ingreso a la sala con 15 butacas disponibles para prensa, para ver por primera vez, desde su arresto, al ex pitcher.
Del otro lado de la sala, el padre, los hermanos y el cuñado de Loaiza tomaron asiento para la audiencia que no duró más de cinco minutos. La juez Keri G. Katz inició la audiencia con una expresión de sorpresa al ver su sala repleta.
Cuando el nacido en Tijuana ingresó a su primera audiencia, con las muñecas esposadas a la cadera, su aspecto delgado y paso lento parecían alargar su metro y 88 centímetros de estatura. Vestido con uniforme penitenciario caqui, tomó asiento en el banquillo de los acusados.
El fiscal Ryan Karkenny inició formalizando los tres cargos contra el tijuanense de 46 años de edad. Se trata de los delitos de transportar droga, posesión con fines de venta y utilización de un compartimento falso para tráfico de drogas.
Narró que fueron localizados 20 kilogramos de cocaína en la residencia del ex pelotero, la cual se ubicaba a menos de 300 metros de una escuela primaria, lo cual constituye un agravante.
El segundo agravante consiste en que el peso de la droga supera los 10 kilogramos, por lo cual se descarta que los paquetes de cocaína sean para uso propio y se entiende que la posesión tiene fines de venta.
Estos cargos suman una sentencia máxima de 20 años y ocho meses de prisión, indicó la fiscalía.
La abogada particular de Loaiza, Janice Deaton, una litigante con 31 años de experiencia, supervisó desde el inicio la entrada de los familiares de su cliente. Durante la audiencia, se colocó a un lado de Loaiza, quien no pronunció palabra durante la presentación judicial, ni siquiera con su defensora.
Las interacciones del ex beisbolista se limitaron a sonreír a su familia cuando ingresó y al salir de la sala.
No obstante, su abogada informó que Loaiza se declaraba no culpable de los cargos que la Fiscalía del Condado de San Diego le imputa y negó las acusaciones en su contra.
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