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José Rodrigo Aréchiga Gamboa, "El Chino Ántrax" se les ‘peló’ o los Gringos lo dejaron ir

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José Rodrigo Aréchiga Gamboa, el Chino Ántrax, uno de los sicarios más afamados del Cártel de Sinaloa en los últimos lustros, se fugó la semana pasada de un domicilio de San Diego California, donde estaba condenado a purgar una condena en libertad condicional, y desde el viernes es buscado por agentes de la DEA en México y Estados Unidos.

Estuvo 87 meses en confinamiento total, más 33 días adicionales de libertad condicional, donde apenas le permitían salir, y el Chino Ántrax, aquel que se habría ganado el respeto de su gente con base en fiestas estridentes, fuerza y violencia, ya no aguantó más y se jugó el resto de su libertad para, durante el primer descuido de los agentes de libertad condicional que lo monitoreaban, darse a la fuga.


Hasta el cierre de esta edición se desconocía si el escape de Aréchiga Gamboa ocurrió el miércoles pasado o durante el transcurso de los dos días anteriores, pues según el reporte hecho por los agentes de libertad condicional que lo supervisaban, Marc W. Ryan y Kimberly A. Pelot, cuando llegaron al domicilio para que firmara el acta judicial, el Chino Ántrax ya no estaba en el lugar.

Tras la desaparición del ex jefe de sicarios de Ismael Zambada García, el Mayo, los agentes dieron inmediato aviso a la corte de Distrito del Sur de San Diego pero, como parte del protocolo, esperaron 48 horas con la esperanza de que apareciera, hasta que la magistrada Dana M. Sabraw ya no quiso saber más y ese mismo viernes, en el transcurso de la tarde, emitió una orden judicial para su reaprehensión.

Según el expediente judicial 3:13-cr-04517-DMS, Aréchiga Gamboa, fue puesto en libertad condicional desde el pasado 3 de marzo, luego de purgar una sentencia de 87 meses en la cárcel de máxima seguridad Metropolitan Correctional Center, de San Diego.

Pero su abogado Frank J. Ragen negoció con la fiscalía para que purgara cinco años más en arresto domiciliario, el cual lo alejaría del confinamiento de una cárcel de máxima seguridad. Y además le permitirían salir en un radio no mayor de 500 metros de su casa y, si lo hacía, debía notificar antes a sus supervisores.

La Magistrada Sabraw accedió, en parte porque el Chino Ántrax había cooperado con los fiscales, pero también por su buena conducta mientras estuvo preso, y porque durante una de las audiencias aseguró estar arrepentido de su historial criminal y sólo deseaba “rehacer su vida de una manera honesta”.

Fue por eso que el 12 de diciembre de 2019, la Magistrada Sabraw lo sentenció a 87 meses, tomando en consideración el tiempo que pasó en una prisión holandesa. Tras cumplir su sentencia, purgaría la otra parte de la condena en libertad condicional.

Fue así como, desde el pasado 3 de marzo, agentes del US Marshals lo sacaron de la prisión, y lo asignaron a un domicilio en el área de San Diego, donde cumpliría cinco años más y sólo entonces concluiría su sentencia.

Pero el Chino Ántrax se fugó.

El protocolo de prisiones señala que Rodrigo Aréchiga debía firmar tres veces por semana un acta judicial que directamente le llevarían sus supervisores de libertad  condicional, Ryan y Pelot, (United States Probation Officers –USPO-).

Todo habría ido bien durante ese tiempo, pues los USPO lo supervisaban, y el Chino Ántrax  firmaba el documento. Pero luego de 33 días, se cree que Aréchiga Gamboa entendió el mecanismo, y cómo podría hacer para burlar la vigilancia. Y fue como en la primera oportunidad se les fugó.

Ojo de hormiga

Luego de darse a conocer la fuga, Ríodoce inició una indagatoria con gente allegada al Cártel de Sinaloa, pero nadie pudo dar razón sobre el Chino Ántrax.
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