En fechas recientes, Tabasco, la tierra natal del presidente Andrés Manuel López Obrador, vive un recrudecimiento de la violencia ligado al crimen organizado.
El pasado jueves, un comando armado asesinó a un niño de 5 años, a su hermana de 18 y dejó moribundo a otro hermano de 15 en el municipio de Huimanguillo.
De acuerdo con las primeras investigaciones y testimonios de vecinos, los sicarios irrumpieron en una casa ubicada en la colonia Gilberto Flores Muñoz, en Huimanguillo, en busca de un joven presuntamente implicado en el tráfico de drogas.
Al no encontrarlo, golpearon a una mujer y torturaron y asesinaron a su hijo Moisés, de 5 años, a quien dejaron atado de los hilos de una hamaca.
Posteriormente se llevaron a su hija Marisol, de 18 años, y a su otro hijo, Jesús Ramón, de 15 años.
Horas después, Marisol fue encontrada muerta, semidesnuda y embolsada cerca de la vía del tren de la Villa Estación Chontalpa. Cerca de ella, dentro de una poza, se encontró a su hermano Jesús Ramón, herido de gravedad.
Huimanguillo, colindante con Veracruz, así como los municipios de Centro (cabecera de esta capital) y Cárdenas, son los tres más violentos de la entidad.
De acuerdo con las autoridades locales, en los primeros 18 días de enero, en Tabasco se han registrado 22 asesinatos. Hasta noviembre de 2019, se registraron 632 homicidios dolosos, de acuerdo con el último reporte del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP).
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