En silla de ruedas, canoso, con un par de lentes colgando en un cordón alrededor de su cuello, viejo y débil, así fue presentado Martiniano de Jesús Jaramillo, alias “El Pata de Queso”.
Líder de los Zetas en Tamaulipas e importante mando de la fracción criminal llamada Zetas Vieja Escuela, luego de su detención. El hombre murió este viernes en la Ciudad de México luego de sufrir complicaciones en su salud, El semblante mostrado ante los medios deja atrás la sanguinaria trayectoria criminal de “El Pata de Queso”.
Cargos por secuestro, violación, asesinato y narcotráfico son algunos de los crímenes por los que se le acusa, Jaramillo coordinaba las actividades delictivas de un grupo de homicidas, responsables de desapariciones y secuestros en Tamaulipas, de manera particular en San Fernando, el cual se convirtió en un lugar de muerte.
Los inicios de Jaramillo en el narcotráfico no se dio con los Zetas, sino con sus viejos aliados, el Cártel del Golfo, vínculos por el cual fue detenido en 1999, pero liberado poco después.
Versiones periodísticas señalan que Jaramillo recibió dicho apodo luego de quedar cojo al recibir un balazo en la pierna por una sicaria, a quien estaba espiando cuando se bañaba.
Con la ruptura de los Zetas como brazo armado del Cártel del Golfo, “El Pata de Queso” eligió a los primeros.
A su vez, los Zetas se dividieron en el Cártel del Noreste y Los Zetas Vieja Escuela, siendo esto últimos los elegidos por Jaramillo.
Zetas Vieja Escuela son parte de los fundadores, en su mayoría militares retirados, y algunos más de los primeros años que quedan del brazo armado del Cártel del Golfo.
Mientras que el Cártel del Noreste son aquellos que se unieron con la Familia Treviño, quienes no tenían antecedente militar pero que en su momento fueron arropados por el fundador de los Zetas, Osiel Cárdenas Guillen.
Los Zetas Nueva Escuela se unieron de nuevo con el Cártel del Golfo.
Tres casos criminales son lo que le dieron “fama” nacional a “El Pata de Queso”: El secuestro de un ciudadano estadunidense, el asesinato de una activista y la autoría, así como la coordinación de la masacre de San Fernando, siendo este último uno de los casos más sanguinarios realizados por un cártel en México.
La masacre de San Fernando fue un genocidio ocurrido entre el 22 y 23 de agosto de 2010, perpetrado por Los Zetas en un rancho del ejido de El Huizachal de San Fernando en Tamaulipas.
En la masacre fueron asesinados 72 migrantes quienes en su mayoría procedían de Honduras, Salvador y Guatemala.
Los migrantes habrían partido de Veracruz, un día antes de la masacre, en dos camiones con rumbo a la frontera de Tamaulipas.
Durante el viaje, los migrantes fueron interceptados por sujetos armados quienes les obligaron a brindar información sobre familiares en Estados Unidos, asimismo, les exigieron el pago de dinero a cambio de su libertad.
Según el testimonio de uno de los sobrevivientes, quienes se negaron fueron golpeados, encerrados en una casa, amarrados, torturados y posteriormente asesinados.
La Procuraduría General de la República (PGR) determinó que el número total de víctimas había sido de 77, de las cuales 72 fueron halladas muertas, 2 sobrevivientes y 3 se encuentran desaparecidos, estos últimos de nacionalidad mexicana.
Junto con éste, más desapariciones sucedieron, por lo que fue creado un Colectivo de Desaparecidos en San Fernando, liderado por Miriam Elizabeth Rodríguez Martínez, quien sin ayuda de las autoridades dio con los restos de su hija desaparecida y los autores del delito, mismos que terminaron en la cárcel.
Sin embargo, a principios de año fue asesinada ante la inacción, otra vez, del gobierno de Tamaulipas, por sus denuncias de amenazas de muerte en su contra. “Pata de Queso” también está vinculado con el asesinato de la activista.
Su detención, en San Fernando precisamente, acabó con la creencia de las mismas autoridades de que Jaramillo estaba muerto.
El capo murió este viernes por complicaciones causadas por una insuficiencia renal.
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