La nueva generación de narcos está decidida a tomar el internet. Los cárteles compiten no sólo por dinero y territorio, también para ganar seguidores en redes.
Posar mirando a la cámara con los labios pintados de color rojo y mostrando su voluptuosa figura, son las típicas imágenes que dominan las cuentas de redes sociales de Claudia Ochoa Felix. Con su pelo negro y lustroso, vestidos entallados y maquillaje impecable podría tratarse de cualquier modelo de Instagram, sin embargo, en su caso no todo son juegos y diversión.
A sus imágenes sensuales se suman otras en las que posa con montones de dinero, autos de lujo y su fabulosa AK-47 color rosa. Bautizada como la “Kim Kardashian del crimen”, Félix es la supuesta cabeza de Los Antrax -el temible brazo armado del cártel de Sinaloa- y como sus colegas jefes de las drogas, las redes sociales son su plataforma favorita para la propaganda: mostrar sin pena alguna su riqueza a las masas.
Narco Chic
Claudia Ochoa Felix, conocida como la “Kim Kardashian del crimen”, se encuentra entre la nueva generación de narcotraficantes mexicanos que parecen decididos a dominar el Internet.
Félix no está sola en su devoción al mundo digital. Usando Twitter e Instagram, esta nueva generación de líderes de carteles no es tímida en lo que respecta a la publicidad, al subir sus publicaciones con hashtags como #narcostyle y #narcolife para comunicarse con sus miles de seguidores.
Los miembros de pandillas inundan sus cuentas con fotos de pistolas doradas, Lamborghinis, fajos de efectivo y costosas vacaciones junto al mar en Mazatlán o alguna otra playa mexicana. Hoy, los carteles compiten no sólo por dinero y territorio, sino también para obtener seguidores de redes sociales. Se trata de promover su “marca” y el “estilo de vida” del narco.
“Imágenes de miembros de carteles mostrándose rodeados de lujos pueden tener un impacto estratégico”, explica Antoine Nouvet, investigador de la forma de vida de los miembros de los cárteles. “Las fotos pueden aumentar el interés de los prospectos que reclutan y al mismo tiempo generan grupos de gente similar a los fans entre los ciudadanos comunes”.
Narco juniors
Los exponentes más destacados de #narcostyle son los “narco juniors”, los herederos de los mayores cárteles de México. De acuerdo con las autoridades, estos criminales amantes de la publicidad y la fama ahora son figuras clave en los cárteles que sus padres crearon, pero a diferencia de sus predecesores, éstos ansían fama y notoriedad.
“La generación anterior hizo todo en la oscuridad, a sabiendas de que la sociedad los estigmatizaba”, revela un agente en Sinaloa, quien afirma que los jefes de la vieja escuela rara vez son fotografiados y en cambio se conforman con narcocorridos en su honor para celebrar alguna de sus “hazañas”.
No obstante, asegura: “Ahora ya no existe el estigma de ser un narcotraficante, se ha desvanecido”.
Los campeones en este terreno son los hijos de El Chapo, el recientemente capturado exlíder del cartel de Sinaloa. Nacidos en riqueza y poder, Iván, de 32 años, y Alfredo Guzmán, 29, tienen cientos de miles de seguidores en Twitter, y agazajan a sus seguidores de Facebook con fotos de cliché de la narcocultura como leones y guepardos mascotas, Ferraris y Rolls-Royce, mansiones y aviones privados. También hay chicas en bikini, e innumerables fajos de billetes de 100 dólares.
Otros narco juniors prominentes incluyen a Serafin, Vicente e Ismael Zambada, cuyo padre lidera el cártel de Sinaloa con El Chapo; y Vicente Carrillo Leyva, hijo del fundador del cártel de Juárez, Amado Carrillo Fuentes, cuya flota de aviones privados le dio el apodo de “El señor de los cielos”.
Sangre
Los narco juniors y otros miembros menores también han usado las redes sociales para mostrar su poderío más allá de los lujos. Mutilaciones, torturas y asesinatos también han sido mostrados a través de sus cuentas de redes sociales como advertencia para otros.
En 2013, Facebook causó controversia al negarse a remover un video que mostraba a una mujer que era descabezada por Los Zetas, un año antes el cártel del Golfo descabezaron a cinco miembros de Los Zetas ante la cámara.
Serafín Zambada es un asiduo de la publicaciones de este tipo, una de ella fue la de un hombre cercenado por el medio del cuerpo con la leyenda “Por ser una rata”.
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