La violencia contra niñas, niños y adolescentes en México enciende los focos rojos a nivel mundial. Un informe reciente de la Unicef declara que la tasa de muertes de menores entre 14 y 17 años es tan alta que más de la mitad de los homicidios que afectan a este grupo de edad en el mundo, ocurren en solo diez países y México ocupa en esta lista el quinto lugar.
El reporte “Hidden in Plain Sight: A Statistical Analysis of Violence Against Children”, citado en un informe sobre la vulnerabilidad de niños y adolescentes que elaboró recientemente la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, muestra que la tasa de homicidios de niñas, niños y adolescentes en México es equiparable a las que tienen Myanmar, Botsuana, Mozambique y Togo. Asimismo revela que de 195 países, sólo 23 superan la tasa de homicidios de menores de 20 años de edad que tiene México.
Los datos del organismo internacional de las Naciones Unidas para la defensa y protección de los menores, coincide con las estadísticas de mortalidad del INEGI al señalar que entre 2004 y 2013 en México fueron asesinados 10 mil 876 niños, niñas y adolescentes, de los cuales la mitad eran hombres entre 15 y 17 años y otro diez por ciento eran mujeres en esa misma edad.
En efecto, mientras que la tasa de homicidios de mujeres —niñas y adolescentes— en este rango de edad pasó de 1.9 a 3.1 por cada 100 mil habitantes en dicho periodo, la de los hombres de 15 a 17 años pasó de 9.9 a 26.5 por cada 100 mil habitantes, razón por la cual la Organización Mundial de la Salud califica a este incremento como una “epidemia”
El mismo Informe señala que, durante el periodo 2013–2015, los adolescentes víctimas de homicidio fueron 84 por ciento hombres y 16 por ciento mujeres. Además, siete de cada 10 homicidios de adolescentes de entre 15 y 17 años ocurrieron por arma de fuego, lo cual deja en claro la presencia preocupante de una gran cantidad de armas pequeñas y ligeras en el país, destaca el contenido de la investigación.
El estudio detalla: “la evidencia indica que este patrón de violencia letal es en parte atribuible a las actividades ilícitas de grupos delictivos organizados, la presencia de pandillas calleras y la accesibilidad que se tiene a las armas de fuego”, de acuerdo con datos de la UNICEF.
En el caso de las muertes de las mujeres adolescentes no se relacionan sólo con la actividad de grupos de narcotraficantes, sino también con otros delitos como la violencia de género y la trata de personas.
La ONG Internacional “Save the Children” en su Informe Las y los Adolescentes que México ha olvidado, sostiene que el 8 por ciento de los homicidios que se cometen en el país tienen como víctimas a los adolescentes de 15 a 19 años.
El promedio anual de muertes por homicidio en adolescentes durante el periodo 2001-2015, va en aumento y es alarmante pues entre el 2001 y el 2006, se registraron 871 casos. En el sexenio calderonista la cifra se elevó a mil 743 y en los tres primeros años del gobierno de Peña Nieto el promedio anual de asesinatos de adolescentes fue de mil 407 casos.
Con respecto al periodo más reciente, durante los dos primeros años del actual gobierno (2013-2014) se habló de una tendencia a la baja en el número de homicidios comparados con los dos últimos del gobierno anterior (2011-2012), que fueron los más violentos. Sin embargo, en 2015 la violencia volvió a incrementarse y aún más durante el periodo de enero a julio de 2016 en el que hubo un incremento del 16 por ciento en el número de homicidios, con respecto al mismo periodo del año anterior.
Es por ello que, de acuerdo con las Estadísticas de Mortalidad del INEGI —en 2010—, se observa que durante el periodo de gobierno de 2000 al 2006, hubo un promedio diario de 27.62 muertes por homicidio; en el del periodo de 2007 a 2012, el promedio fue de 54.90 y, durante los tres primeros años del gobierno actual, de 2013 a 2015, el promedio fue de 59.61.
Por otro lado, se estima que, aproximadamente, la mitad de los homicidios ocurridos en el periodo 2008-2015 tuvieron lugar en el contexto de la llamada “guerra” en contra del narcotráfico, ya sea por la acción de las autoridades en contra de supuestos grupos delictivos o por enfrentamientos entre presuntos integrantes de éstos mismos.
No obstante, dado que muchas veces se utilizó la fuerza antes de que se hubiera investigado, es difícil decir cuántas personas de entre las que han muerto estaban realmente involucradas en actividades delictivas y cuántas eran inocentes.
Aún más, recalca el Informe sobre vulnerabilidad de adolescentes en México, la mayoría de los homicidios cometidos no han sido investigados y permanecen impunes. Por ejemplo, de los 24 mil 572 homicidios que contabilizó el INEGI en 2010, más de 21 mil no fueron sancionados, lo que significa que 84 por ciento quedaron impunes, mientras que, para el Índice de Paz México, 90 por ciento de los homicidios cometidos en el país en los últimos años han quedado impunes .
Esto último resulta especialmente preocupante, ya que la impunidad constituye otro factor más que contribuye al escalamiento de la violencia, sin dejar de lado, por supuesto, la situación de cientos de miles de víctimas indirectas quienes han visto negados sus derechos a la verdad, la justicia y la reparación del daño.
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