Reynosa, Tamaulipas.- El 22 de abril del 2017 anunciaban la muerte del El Comandante Toro líder de un grupo de la delincuencia organizada que dominaba la plaza de Reynosa, Tamaulipas a manos de elementos de la Marina.
Sin embargo, lo que debería ser el principio para que se recuperara la tranquilidad en la zona fronteriza se convirtió en el inicio de una nueva guerra que se ha recrudecido desde hace seis meses y más en las últimas tres semanas, Cruentos enfrentamientos son los han padecidos los habitantes de la zona de Reynosa y Río Bravo desde que Julián Manuel Loisa Salinas, “El Comandante Toro” líder de los metros.
Grupo importante del Cartel del Golfo y Francisco Carreón Olvera, “Pancho Carreón”, fueron abatidos por personal de Infantería de Marina, después deatacar a los las fuerzas armadas que pretendían detenerlos, “El Comandante Toro” era buscado desde el 2015, y después de su muerte, la violencia se hizo presente en Reynosa, con bloqueos, incendio de vehículos y enfrentamientos; 55 ejecuciones en el mes siguiente a su abatimiento.
Las persecuciones y balaceras han ido en aumento; de día, de noche, en calles yavenidas o en carreteras y brechas, dejando 170 enfrentamientos en los últimos seis meses en la zona comprendida de Reynosa, Río Bravo y Nuevo Progreso.
Los bloqueos, robo e incendio de vehículos y también, muerte de personas ajenas a esta guerra, que las autoridades sólo consideran son, daños colaterales, 256 muertes oficialmente contabilizadas, una cifra que no coincide con lo que reportan en redes sociales, porque son muchos más y que además, habría que sumarle losdesaparecidos …
Pero que hoy, ubica a Reynosa como la quinta ciudad más violenta de México, donde prácticamente 9 de cada 10 habitantes dice sentirse inseguro.
Ante esto, los ciudadanos alzan la voz a través de redes sociales, lanzan un llamado de auxilio, que parece no escuchar nadie.
Reynosa se ha convertido en la zona de guerra donde los grupos criminales pelean el territorio para controlar los secuestros, la extorsión, el tráfico de indocumentados,, de mercancías y por supuesto de drogas.
Una zona de impunidad donde los delincuentes circulan de día o de noche empuñando sus armas largas y en caravanas que nadie detiene; donde parece ganar la batalla quien tiene mejor puntería y más balas que rompen la tranquilidad y hace que el miedo se apodere de los ciudadanos que no viven, sobreviven a una situación que parece, no tendrá fin.
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