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Ya se supo por qué sonreía “La Barbie”, fue pionero en decapitaciones y en la elaboración de narcomantas

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“La Barbie”, afirmó que escondió a José Jorge Balderas Garza, “El JJ” durante tres meses en Atizapán, Estado de México.
Luego de que éste le disparara al futbolista Salvador Cabañas, dijo que “ JJ” y Cabañas eran amigos y que ese día discutieron, informó que también tiene negocios en Colombia, todos de drogas y que el dinero le llegaba de EU en cajas de tráileres.
Aceptó que se estaba filmando una película sobre él, por la cual pagó 200 mil dólares, y que gran parte de ella es verdad, aunque deslindó al actor Sergio Mayer de cualquier vínculo con la cinta.
Dijo no acordarse de quién era el encargado de filmarla. “Sí, leí el guión, pero no me acuerdo con quién hice el trato; lo ando buscando”, dijo.
Fuentes policiales también informaron que “La Barbie” dio nombres de jefes policiacos y que pronto se darán a conocer.

También informaron que “La Barbie” reveló secretos sobre los conflictos entre cárteles
PAULINO CÁRDENAS
Una nota de La Jornada aparecida ayer bajo la firma de Gustavo Castillo, Javier Salinas y Rubicela Morelos, señala que la Secretaría de Seguridad Pública federal ofreció “garantías” a Edgar Valdez Villarreal, para que colaborara con la autoridad, según revelaron funcionarios de esa dependencia. Se presume que está en calidad de ‘testigo protegido’.
Esa información confidencial revela que el acuerdo incluye la posibilidad, si La Barbie lo desea, de no ser extraditado a Estados Unidos. A cambio, proporcionaría información relacionada con organizaciones criminales, sus modos de operación y parte de sus estructuras. Todo irá bien si sus revelaciones no trascienden a los medios y acaban convirtiéndose en escándalo.
Un caso puede ser la confesión que hizo de que en 2007 se celebró una reunión en Cuernavaca, Morelos, entre los principales capos de la droga que operan en México, en la cual se buscaba un acuerdo entre las principales cabezas del narcotráfico en el país para evitar que ocurrieran más homicidios y pudiera frenarse la violencia que ya estaba destada a raíz de que el presidente Calderón les declaró la guerra.
La Barbie dijo haber participado en ese aquelarre en la que estuvieron Joaquín ‘El Chapo’ Guzmán; Ismael ‘El Mayo’ Zambada; Juan José Esparragoza, ‘El Azul’; Ignacio ‘Nacho’ Coronel Villarreal, ya fallecido; Arturo ‘El Barbas’ Beltrán Leyva, ya fallecido; Gerardo Álvarez, ‘El Indio’; Heriberto Lazca, ‘El Lazca’, y Miguel Treviño Morales, ‘El 40’.
A partir de esta confesión, ha empezado a trascender que por esas fechas o acaso en esa misma reunión, habrían estado representantes encargados de la seguridad del entonces naciente gobierno, en la que se buscaba llegar no sólo a un acuerdo sino a un pacto con las mafias. El propio Valdez Villarreal djo que quien rompió los acuerdos fue Joaquín el ‘Chapo’ Guzmán, ocho meses después. Verdad o mentira, quizá La Barbie, con sus confesiones, llegue pronto a dar luces sobre esa versión que ya empezó a correr como reguero de pólvora.
Mientras el capo texano señalaba que su detención habría sido por una delación complementada por inteligencia policial, el titular de la Secretaría de Seguridad Pública federal, Genaro García Luna en una conferencia de prensa afirmaba el miércoles que la detención del buscado narcotraficante fue un trabajo de inteligencia sistemático y permanente, y no de “suerte”.
Aprovechó para fustigar a ‘la gente’ que no quiere reconocer la labor de las Fuerzas especiales de la dependencia que dirige, lo que según él obedece a que “hay una visión chiquita, cuando la lógica es una visión de Estado, el bien superior de México”. El funcionario habló con la prensa en la reunión en la que se dieron a conocer someramente los logros de la dependencia a su cargo.

“Hay gente con una mezquindad brutal que pareciera que están en defensa de los criminales”, agregó García Luna, con gesto evidentemente molesto y en tono tajante describen quienes ahí estuvieron. Se le había preguntado su opinión sobre la captura de La Barbie justo en la víspera del cuatro informe presidencial, y su respuesta fue airada y de enojo.
Por lo pronto, lo que publicó ayer La Jornada de que la Secretaría de Seguridad Pública federal ofreció “garantías” al famoso criminal para que colaborara con la autoridad, echa por tierra los arrebatos del titular de esta dependencia y lo pone en evidencia de cara a esa “gente’ que no quiere reconocer su trabajo, entre otras cosas, por el montaje del caso de Florence Cassez y el dizque secuestro del avión de Aeroméxico que venía a la ciudad de México procedente de Cancún.
Resalta el hecho de que en la detención del capo texano no se disparó ni un tiro, cosa que tratándose de un sanguinario sujeto como él y sus custodios, nadie cree que haya sido por métodos persuasivos o de inteligencia o que se haya entregado por la buenas. Eso no pasa ni en la serie ‘24’ donde hasta Jack Bauer sufre para hacer una detención. En fin que La Jornada revela el por qué de la sonrisa de La Barbie. Más lo que no ha trascendido todavía.

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TRAMA DE CORRUPCIÓN
Según los testimonios de Jennifer y Mateo (nombres clave de Roberto López Nájera y Sergio Villarreal Barragán, El Grande, testigos de cargo de la PGR), Valdez fue parte de una trama de corrupción en las fuerzas armadas en la que están involucrados los generales Tomás Ángeles Dauahare, Roberto Dawe González, Ricardo Vargas Escorcia, Rubén Pérez Ramírez, el coronel Silvio Isidro de Jesús Hernández Soto y el mayor Iván Reyna Muñoz, acusados de diversos delitos relacionados con el crimen organizado.
Sin embargo, las más recientes declaraciones procesales de La Barbie están poniendo en entredicho el proceso penal contra los militares, señalados como presuntos cómplices del propio Valdez y de Arturo Beltrán Leyva.
En mayo pasado, el general Ángeles, ya en retiro, y sus coacusados fueron detenidos en un operativo de la Secretaría de la Defensa y la PGR que desató una crisis en el Ejército y que mostró una cara política: los hechos ocurrieron mes y medio antes de las elecciones presidenciales, cuando en la Defensa empezaban los golpes y jaloneos para definir al sucesor del secretario Guillermo Galván Galván.
La principal víctima del operativo -Ángeles Dauahare- es un personaje cercano al PRI -y en especial a Enrique Peña Nieto–, partido que no se ahorró críticas a la lucha antinarco emprendida este sexenio.
Así, en la recta final de su sexenio, Felipe Calderón dejó al Ejército dividido y desacreditado.
En su momento, analistas en seguridad nacional advirtieron que la detención de los militares tenía todas las trazas de ser otra de las muchas pifias de la PGR, como el michoacanazo o la captura de Jorge Hank Rhon. Las declaraciones recientes de La Barbie apuntalan esta tesis.
Asonrisafernando
DENUNCIA PRESIONES
El pasado 26 de septiembre, en el Juzgado Tercero de Distrito en Materia de Procesos Penales Federales en el Estado de México, en Almoloya de Juárez, hubo una diligencia clave en el caso de la PGR contra Ángeles Dauahare, Escorcia, Dawe, Pérez Ramírez, Hernández Soto y Reyna.
De acuerdo con la información que Proceso obtuvo de esa diligencia, La Barbie amplió su declaración inicial y afirmó ante el juez Raúl Valerio Ramírez que el pasado 21 de mayo -días después de la detención de los oficiales del Ejército-, funcionarios de la Subprocuraduría de Investigación Especializada en Delincuencia Organizada (SIEDO, ahora SEIDO) lo visitaron en el penal del Altiplano.
Asegura que lo hostigaron y amenazaron para que declarara contra los militares y que le mostraron fotografías para que los identificara, aunque él afirma que les dijo que no los conocía.
“Querían que yo declarara en contra de ellos para ayudar a la SIEDO. Yo les pregunté en qué querían que les ayudara si yo no los conocía. Ellos me indicaron que lo único que yo tenía que decir era que yo los conocía, traían como unas veinte hojas como de oficio y ahí observé el nombre de Roberto López Nájera, con clave Jennifer”, afirmó Valdez Villarreal al juez que lleva la causa penal.
“La primera vez que vinieron, les indiqué que tenía que hablar con mi licenciado que estaba en Estados Unidos de América, para ver si me convenía o no”, siguió narrando.
“NO CONOZCO A LOS MILITARES ACUSADOS”
-¿Cómo supo que las fotografías que le fueron presentadas por la SIEDO eran de militares? -preguntó el abogado del general Pérez Ramírez en la ampliación de declaración en la que estaban presentes todos los acusados.
-Porque venían los nombres de las personas y unos venían vestidos como si ya estuvieran vestidos (de civil) y otros con ropa militar, incluso con gorra -respondió.
El abogado también le preguntó si las personas que estaban en las fotografías eran las mismas que ahora están coprocesadas con él en la causa penal 44/2012-III.
“De las fotografías en las que venían de militares no se parecen mucho a estas personas porque ya estaban viejas, pero en las que aparecían vestidas de civil se veían recientes y corresponden a alguna de estas personas que se encuentran conmigo. Recuerdo a quienes hoy responden a los nombres de Iván Reyna Muñoz, Silvio Isidro de Jesús Hernández Soto, Tomás Ángeles Dauahare, Ricardo Escorcia Vargas, Rubén Pérez Ramírez y Roberto Dawe González.
“Quiero agregar que además de las fotografías que corresponden a las personas que indiqué, me mostraron como otras cuatro o cinco personas que no se encuentran en esta sala de audiencias”.
La Barbie afirmó en su declaración, que los funcionarios de la SIEDO lo amenazaron con que si no cooperaba con ellos, le iban a imputar unos homicidios. “Yo les dije que sacaran lo que ellos quisieran, pues estaba seguro que yo nunca había matado ni mandado matar a nadie”.
“La Barbie”: Sospechosa detención
Desde el momento de su captura, Édgar Valdez Villarreal no ha parado de darle a la Policía Federal información acerca de los principales capos y cárteles del narcotráfico, a cambio de evitar su expulsión a Estados Unidos
Agencia Proceso
05-09-2010



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Édgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, uno de los narcotraficantes más buscados en el País, fue capturado el 30 de agosto en el Estado de México.
Fotografía: UNIV.

MÉXICO._ Con una larga carrera criminal, amplia militancia en el narcotráfico, ya que en 20 años pasó por tres cárteles como sicario hasta alcanzar una jefatura, y estrechas relaciones con altos mandos policiacos, Édgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, fue capturado el 30 de agosto en un operativo de la Policía Federal plagado de sospechas y que hizo correr versiones de una posible negociación para entregarse.
Según datos ya difundidos, la Secretaría de Seguridad Pública, SSP, ofreció a Valdez Villarreal la garantía de no extraditarlo si colabora con las autoridades mexicanas para conocer el movimiento de los capos más importantes. Tal acuerdo se establece a pesar de que el Gobierno de Estados Unidos ofreció una recompensa de 5 millones de dólares a quien aportara información para su captura.
En 2006, Steve Robertson, agente especial de la agencia antinarcóticos de Estados Unidos, DEA, dijo que ese País quiere juzgar a “La Barbie”, a quien persigue por tráfico de drogas, conspiración y homicidio.
En el momento de su captura, Valdez Villarreal era, como “Nacho” Coronel en el momento de su muerte, un narcotraficante en ascenso. Su actividad criminal data de alrededor de 1992, cuando su nombre empezó a ser mencionado a raíz de ejecuciones perpetradas en Tamaulipas por gatilleros bajo su mando. Era sicario del cártel del Golfo.
Hábil en el oficio de matar y en otro igualmente útil en el narcotráfico, el de corromper policías, “La Barbie” creó en Tamaulipas una estructura de espías, “Los Halcones”, la cual repitió en Nuevo León y Guerrero tras su incorporación al cártel de Sinaloa, en particular a la célula entonces encabezada por Arturo, Alfredo y Héctor Beltrán Leyva, conocidos en su etapa de esplendor como “Los Tres Caballeros”.
Pronto atrajo la atención de Joaquín Guzmán Loera, “El Chapo”, y de Arturo Beltrán Leyva, “El Barbas” o “El Jefe de Jefes”, entonces socios. El gatillero de origen estadounidense fue pieza clave en la conformación de la estructura de sicarios que Guzmán Loera utilizó después de su fuga, en enero de 2001, para irrumpir en Tamaulipas, territorio ampliamente conocido por “La Barbie”.
En la conquista de sus objetivos, tanto Guzmán como Beltrán Leyva parecieron encontrar en Valdez al sicario ideal. Tras su fuga y tan pronto “El Chapo” pudo recolocarse en el negocio del narco, “La Barbie” se dio a la tarea de crear un comando, “Los Negros”.
Los cabecillas eran Armando Valdez, su hermano, y Lucio Martínez Manríquez, “El Sol”, quienes se convirtieron en sus hombres de confianza. Otros miembros de este escuadrón que bañó de sangre el noroeste del País eran Jaime Valdez, a la postre socio de Arturo Beltrán y su representante en Nuevo León, Manuel Alejandro Aponte y Carlos Ezequiel Maldonado.
Reforzado con armas de alto poder y más sicarios, el grupo “Los Negros” se convirtió en “Los Chapos”, a quienes se atribuyeron decenas de asesinatos, entre otros los de Rodolfo Carrillo Fuentes, “El Niño de Oro”, hermano de Amado, fallecido en 1997, y de Vicente Carrillo, líderes del cártel de Juárez. Rodolfo fue ultimado en septiembre de 2004 en Culiacán.
Édgar Valdez Villarreal es dos años menor que Osiel Cárdenas Guillén, ex líder del cártel del Golfo. Nació el 11 de agosto de 1973 en Laredo, Texas. Es hijo de Abel Valdez y de Ofelina Villarreal. En 1994 fue detenido en Springfield, Missouri, luego de que la Corte de Nueva Orleáns libró una orden de aprehensión en su contra por tráfico de drogas, homicidio y conspiración. Aparentemente salió bajo fianza.
Como pieza clave del equipo de sicarios de los hermanos Beltrán Leyva, Valdez cobró relevancia dentro del cártel de Sinaloa por las ejecuciones que perpetró, pero sobre todo por la capacidad mostrada para corromper y “comprar” autoridades federales, estatales y municipales.
Descrito a menudo como un individuo de piel blanca y cuerpo atlético, tal cual apareció el martes 31 de agosto al ser presentado por la SSP, Édgar Valdez recibió el alias de “La Barbie” por su cabello rubio y su excesivo cuidado personal.
Según fuentes consultadas por Proceso, Valdez Villarreal siempre ha sido considerado un metrosexual, pues tuvo a su servicio a diversos estilistas, masajistas, dermatólogos y entrenadores de fisicoculturismo, quienes trabajaban en cuidar la apariencia personal del jefe de sicarios de los Beltrán Leyva.
Sus vínculos con altos mandos de la policía llegaron a tal grado que son referidos en averiguaciones previas. Una de ellas, la PGR/SIEDO/UEIDCS/106/2005, dice que en 2003 Arturo Beltrán ordenó a “La Barbie” que entrara en contacto con Domingo González Díaz, director del Centro de Mando de la Agencia Federal de Investigación, AFI, y brazo derecho de Genaro García Luna, entonces director de esa agencia.
El objetivo, según la indagatoria y otras versiones confirmadas por este semanario, era llegar a un arreglo con la AFI para brindarle protección a la organización de “El Chapo” Guzmán y a una de sus células más importantes, la de los hermanos Beltrán Leyva.
En la averiguación, que se inició en 2005 a raíz de que una veintena de agentes de la AFI en Guerrero fueron investigados por servir a los Beltrán Leyva, se acusa a González Díaz de recibir un millón de dólares, no se precisa con qué periodicidad, a cambio de dar protección a los capos sinaloenses.
La captura
La mañana del 30 de agosto, Édgar Valdez Villarreal despertó en su escondite supuestamente sin saber que ese día terminaría su carrera criminal y empezaría otra, al servicio del Gobierno: la de delator.
Tres semanas antes de su captura, el 9 de agosto, en la Ciudad de México, la Policía Federal, PF, cateó varios departamentos lujosos en el edificio Armony House, en Paseo de los Tamarindos 140, Bosques de Las Lomas.
Aunque oficialmente no se informó de este operativo, trascendió que 200 agentes federales ya le seguían los pasos a “La Barbie”, quien se movía en una amplia zona que comprendía el Distrito Federal y los estados de Morelos, Michoacán, Guerrero, Jalisco, Sonora, Nuevo León y Tamaulipas.
En diciembre de 2009, según declaró ante la PF, recibió una llamada de su jefe, Arturo Beltrán, quien le pidió ayuda para enfrentar a los marinos que ya lo tenían rodeado a las afueras de su departamento en Cuernavaca.
Según declaró, “La Barbie” le sugirió a Beltrán que se entregara a las autoridades; eso aumentó la sospecha de que es un delator, pues durante el operativo de su captura no hubo ningún disparo, a pesar de que Valdez Villarreal es uno de los narcotraficantes más violentos y no obstante que al menos 10 pistoleros le cuidaban las espaldas en su búnker de Lerma, Estado de México.
El inmueble donde Valdez Villarreal se refugiaba está a unos 300 metros de la avenida principal de la ranchería de Cañada de Alférez, en el pueblo de Salazar. La Barbie construyó ahí una casa de tres niveles con nueve chimeneas, amplios ventanales y terrazas con vista hacia una tupida vegetación y extensas arboledas.
Según datos oficiales el lugar era visitado por Valdez Villarreal los fines de semana. En el terreno hay una cabaña que operaba como hotel. La casa tiene caballerizas, además de mesas de billar y futbolito, algunas de las distracciones favoritas de los capos.
Según datos confirmados, el día de la detención, Édgar Valdez, no estaba en esa casa. Ahí sólo fueron encontrados sus escoltas, unos 10 pistoleros que aguardaban la llegada de su jefe.
La casa de “La Barbie” fue rodeada por los agentes federales, quienes anularon la acción de los gatilleros de Valdez. Sin disparar sus armas, los policías sólo esperaron la llegada del capo para detenerlo. Nadie opuso resistencia.
El comisionado de la PF, Facundo Rosas, intentó atajar los cuestionamientos por lo inverosímil del operativo sin violencia. Señaló que la captura de Valdez fue una “operación quirúrgica”, pero se negó a dar los pormenores.
Incluso, el funcionario no pudo precisar el número de efectivos que participaron en la detención de “La Barbie”.
“Estamos manejando unidades de inteligencia, éstas varían, tienen algunos componentes de analistas, de investigadores, de tal suerte que no hay una cantidad precisa de cuántos operaron; sí tenemos claro que fueron varias unidades de inteligencia”, señaló el funcionario.
Guerra de mantas
Con las declaraciones que Valdez Villarreal rindió ante la PF, ahora se sabe que él era el principal colocador de narcomantas en Morelos y en otros estados. Reconoció que las exhibía con un objetivo: “Para que la gente piense que voy perdiendo o para que la gente se asuste”.
Tras la muerte de Arturo Beltrán se multiplicaron las narcomantas contra Valdez Villarreal. El 22 de diciembre de 2009, por ejemplo, apareció una colgada en la colonia Lagunilla de Cuernavaca.
El mensaje era de apoyo a Valdez Villarreal y lo incitaba a iniciar una lucha en Morelos. El texto estaba firmado con el alias de “El Chiquis”, quien advertía de una contraofensiva del narco porque las Fuerzas Armadas, tanto el Ejército como la Marina, se habían metido con “la empresa”.
Y así ocurrió. A pocos días de la muerte de Arturo Beltrán fue acribillada la familia de Melquisedet Angulo Córdova, tercer maestre de Fuerzas Especiales de la Secretaría de Marina y quien participó en el operativo donde fue abatido “El Barbas”.
En abril de este año aparecieron 11 narcomantas en municipios morelenses como Cuernavaca, Jiutepec, Yautepec y Emiliano Zapata. Los mensajes estaban firmados por miembros del cártel del Pacífico Sur, CPS, y eran contra Édgar Valdez Villarreal.
Uno de esos mensajes decía: “C.P.S. A toda la ciudadanía morelense. C.P.S. no se dedica a la extorsión telefónica, secuestros, robos, sólo a lo que es nuestro negocio, el cual nos hace autosuficientes sin andar extorsionando como lo hacen la gente del homosexual Édgar Valdez Villarreal, con el apoyo de algunas autoridades castrenses, el cual reafirma su participación, ya que las 24 horas realizan recorridos por la avenida 10 de abril donde fueron encontrados 2 cadáveres y durante el día les han asaltado bancos estando operativos de fuerzas federales a escasas cuadras del lugar”.
“Por lo que pedimos a la ciudadanía denunciar hechos de extorsión y robos a las autoridades correspondientes y exíjanles trabajen y todas aquellas autoridades que apoyen estos ilícitos los vemos como enemigos. ATTE. C.P.S. Estamos ubicando a este tipo de gentes y en cuanto los tengamos la orden es ejecutar y descuartizar”.
La detención de Édgar Valdez Villarreal golpea la estructura de los hermanos Beltrán Leyva, aunque lo cierto es que “La Barbie” ya operaba por su cuenta, como él mismo lo reconoce. Su captura llegó en el momento en que Felipe Calderón enfrentaba una gran presión, no sólo por su fallida guerra contra el crimen organizado, sino porque se acercaba la fecha de su Cuarto Informe de Gobierno en medio de una avasallante crisis de violencia.
Aunque Genaro García Luna exigió reconocimiento para la PF, no obstante que el día que fue detenido Édgar Valdez dio de baja a 3 mil 500 agentes por reprobar los exámenes de confianza, la aprehensión de “La Barbie” desató el escándalo por tratarse de una presunta captura arreglada a la que Valdez responde ahora delatando a sus rivales en el tráfico de drogas.
Tal versión cobró mayor fuerza el jueves 2 de septiembre, cuando el diario La Jornada publicó una nota en la que se afirma que, según fuentes de la SSP, la dependencia ofreció garantías a Valdez Villarreal para que colaborara con la autoridad.
Según esa información, el acuerdo entre el capo y la SSP incluye la posibilidad de no ser extraditado a Estados Unidos. A cambio, “La Barbie” proporcionó información relacionada con las organizaciones criminales, sus modos de operación y sus estructuras.
La DEA, sin embargo, le seguía los pasos a Valdez Villarreal desde años antes. El Gobierno estadounidense ofrecía 5 millones de dólares por su captura, y la PGR 30 millones de pesos a quien proporcionara información para detenerlo.
La DEA quiere que Valdez Villarreal sea juzgado en Estados Unidos. En 2006, Steve Robertson, agente especial de la agencia antidrogas estadounidense, se refirió al poder de “La Barbie”.
“‘La Barbie’ Édgar Valdez Villarreal es un fugitivo… Es un traficante significativo debido al hecho de que es lugarteniente de una de las principales organizaciones de México, es una persona importante… Definitivamente queremos tenerlo en nuestras manos”.
DE CAPO A DELATOR
Tan pronto fue aprehendido, Valdez Villarreal comenzó a hablar ante la Policía Federal de lo que sabe sobre el narcotráfico en México.
* Confirmó, entre otras cosas, y esta sería otra evidencia del posible acuerdo con la SSP, que en 2007 los cárteles del Golfo y de Sinaloa pactaron una tregua. De ese pacto dio cuenta Proceso en su edición 1600, con fecha 1 de julio de 2007, en cuya portada podía leerse “Narcocumbre.- El pacto de los narcos”. El reportaje informaba que en una reunión de los principales líderes del narco se había llegado al acuerdo de una especie de tregua para “enfriar” al País, a través del cual se repartían territorios a fin de proteger sus negocios ilícitos. En cuanto al lugar de la reunión, a Proceso le fue en aquel momento imposible precisarlo. Los datos recabados entonces la ubicaban en algún lugar de Tamaulipas o de Aguascalientes.
* “La Barbie” completa ahora la información. Precisó que el cónclave de capos se realizó en Morelos, a donde acudieron “El Chapo” Guzmán, Ismael “El Mayo” Zambada e Ignacio “Nacho” Coronel, entre otros. En su testimonio, que la SSP difundió sin reparar en la violación a la secrecía de una averiguación previa, “La Barbie” acusó a su ex jefe, “El Chapo”, de romper dicho pacto y dijo que toda la negociación se derrumbó por la disputa de la plaza de Ciudad Juárez.
* Aceptó que se dedica al narcotráfico y que opera solo “porque es mejor”, que la droga la compraba en Colombia, que explotaba la ruta Panamá-México-Estados Unidos y que los panameños le envían el dinero en tractocamiones.
* Aunque fue acusado de traicionar a su jefe Arturo Beltrán, “La Barbie” declaró que eran amigos, aunque en otra parte del testimonio difundido por la SSP relató que cuando Arturo andaba drogado lo quería matar, y cuando no, lo trataba bien.
*Este cambio de conducta le generó sospechas a Valdez Villarreal. Tras la muerte del capo en Cuernavaca, quien le declaró la guerra fue Héctor Beltrán, pues lo considera traidor. “La Barbie” dijo también que el personaje más cercano a Arturo Beltrán fue Marco Antonio Pineda Villa, “El Borrado”, quien operaba las lanchas cargadas de droga del cártel de Beltrán Leyva, afincado en los estados de Morelos y Guerrero.
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A continuación reproducimos la carta íntegra:
Quiero manifestar en primer lugar que no me acogí al programa de testigos protegidos asimismo niego categóricamente los señalamientos y manifestaciones que refieren los elementos aprehensores respecto a la forma de cómo fue mi detención; y que la verdad de los hechos es la siguiente:
Mi detención fue el resultado de una persecución política por parte del C. Felipe Calderón Hinojosa, quien instauró un acosamiento en contra de mi persona por la razón de que el suscrito se negó a formar parte del acuerdo que el señor Calderón Hinojosa deseaba tener con todos los grupos de la delincuencia organizada para lo cual él personalmente realizó varias juntas para tener pláticas con grupos de delincuencia organizada.
Posteriormente se realizaron diversas juntas a través del General Mario Arturo Acosta Chaparro, quien se reunió por órdenes del Presidente y Juan Camilo Mouriño, con dos de los jefes de La Familia Michoacana. Posteriormente el general se entrevistó en Matamoros con Heriberto Lazcano y Miguel Ángel Treviño “El Z-40″. Tiempo después Acosta Chaparro y Mouriño se entrevistaron con Arturo Beltrán Leyva, “El Barbas”, y también se entrevistó con “El Chapo” Guzmán, líder del Cartel de Sinaloa.
Calderón quería el acuerdo con todos los cárteles: Cartel de Los Zetas, Cartel del Golfo, conmigo, Cartel de Juárez con Vicente, Mayo y Chapo. Situación por la cual, al no haber respuesta de mi parte y no querer tener nexos con ninguna de las organizaciones criminales se instauró en mi contra una persecución aguda, al grado de haberme cateado varios domicilios sin una orden legal para ello y de los cuales me robaron dinero, alhajas, automóviles así como diversas pertenencias.
Genaro García Luna Titular de la Secretaría de Seguridad Pública federal (SSP) quien cuando menos desde el año 2002, primero en la AFI y luego en la PFP, me consta que ha recibido dinero de mí, del narcotráfico y la delincuencia organizada, al igual que un grupo selecto integrado por Armando Espinosa de Benito quien trabajaba con la DEA y me pasaba información, Luis Cárdenas Palomino, Edgar Eusebio Millán Gómez, Francisco Javier Garza Palacios (PF Colombia), Igor Labastida Calderón, Facundo Rosas Rosas, Ramón Eduardo Pequeño García y Gerardo Garay Cadena quienes también forman parte y reciben dinero de la delincuencia organizada y de mi. Entre otros ellos tuvieron la encomienda de “detenerme en algún operativo” cuando en realidad tenía la instrucción de matarme tan es así que al momento de mi detención la cual se realizó la en el domicilio que salió en los medios de comunicación y lugar en el que me encontraba solo. Dicen que ese día no se reportaron balazos pero la verdad sí hubo. Un policía federal que fue el mismo que me traslado a este lugar en el que actualmente me encuentro, me instaba a que corriera para poderme disparar, y así poder decir que al repeler el ataque me habrían matado al igual que hicieron con ARON ARTURO GINES BECERRIL a quien mataron en las inmediaciones del Centro Comercial Perisur, a quien los impactos de bala le fueron proporcionados todos por la espalda el mismo día de mi detención. Todo fue tapado por la PF.
Es de hacer mención que pese a los antecedentes de Genaro García Luna, los cuales se encuentran en diversas causas penales y de los que el gobierno americano ya tiene conocimiento, incluso formaron parte de los temas tocados en la iniciativa Mérida, y a los cuales yo ya he tenido acceso el más reciente el testimonio del Testigo colaborador “Mateo” (Sergio Villarreal); el Presidente Felipe Calderón lo sostiene en su cargo sin que se ejerza acción penal en su contra.
Como dato alterno habrá de hacerse notar que en cuantas detenciones realiza la Policía Federal, no se decomisa nada, todo se pierde (dinero, relojes, vehículos, droga, etc.) sin embargo es menester señalar que tanto el Ejército Mexicano como la Secretaría de Marina son más honestos, detienen a quien es, y lo ponen a disposición con lo que detienen.
Yo pude haber hecho lo que haya hecho pero ellos, los funcionarios públicos que menciono, también son parte de la estructura criminal de este País.
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