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“El Seven” cantante sicario, de codearse con el Komander a matar gente

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“El Seven” fue capturado por la ejecución de “El Indio” 

“Con cuerno de chivo, bazuca en la nuca, volando cabezas al que se atraviesa, somos sanguinarios, locos bien ondeados, nos gusta matar…”, cantaba a capela Vladimir “El Seven” Bátiz, previo a su presentación en un hotel de Ensenada, Baja California. 

El 4 de octubre de 2010, Bátiz subió al portal YouTube una decena de videos musicales, en los que aparecía acompañado de los integrantes de agrupaciones como Los Primos, Los Buchones y del solista El Komander. 

La carrera musical del joven cantante del género “Movimiento Alterado” empezó prácticamente en diciembre de 2008, cuando después de dos años de haber sido ejecutado su ídolo, Valentín “El Gallo” Elizalde en Reynosa, Tamaulipas, tomó el micrófono y salió a cantar primero en fiestas particulares y después en bailes. 


Originario de Ensenada -su familia proviene de Culiacán, Sinaloa-, la trayectoria de Julio Isaías Bátiz Álvarez, identificado con el nombre artístico de Vladimir “El Seven” Bátiz, parecía ir en ascenso, pues en corto tiempo integró a su equipo musical a un conjunto de norteño-banda que puso el nombre de Alto Riesgo. 

Durante ese tiempo tuvo la oportunidad de presentarse en bares como Papas and Beer y L’olu en Ensenada, así como en bailes populares donde llegó a alternar con los llamados grandes del “Movimiento Alterado”, como “El RM” y Gerardo Ortiz, por citar algunos. 

A la par, cantaba en fiestas particulares de sicarios y narcotraficantes del Cártel de Sinaloa -según presumía-, hasta que terminó relacionado con el crimen organizado tras cambiar el micrófono por las armas. 

La última canción de su autoría fue “Pecheras Blindadas”, en honor a Ismael “El Mayo” Zambada, donde hablaba del control del territorio de las narcoplazas y el asesinato de los rivales en Ensenada y Tijuana. 

Desde septiembre de 2010, nada se supo de este fugaz cantante, hasta que el 14 de enero de 2013 fue detenido y acusado de participar en la ejecución del jefe de la plaza del narcomenudeo de la comunidad del Vizcaíno, Juan Bautista Beltrán Beltrán “El Indio”, bajo la causa penal 007/2013.

El ex cantante prácticamente se había estrenado en el negocio del crimen -según confesó- cuando una semana antes del asesinato, recibió la oferta de ejecutar al líder del narcomenudeo de parte de un conocido que identificó con el apodo de “El Zavala”, quien “tiene una panadería por la calle Calafia de la colonia 89 de Ensenada, cuyo hermano se dedicaba a ejecutar gente”. 

En su declaración preparatoria, el joven de 24 años dijo atravesar por un mal momento, pues su carrera artística se había ido a pique y había tenido que meterse a trabajar en una maquiladora, misma que, por la crisis, recortó personal y no tuvo más remedio que ayudar a su papá en el negocio de la venta de carros. 

Sin embargo, preguntando con algunos conocidos sobre un trabajo, “El Zavala” lo invitó a participar con su hermano, ya que se dedicaba a “matar gente” y le adelantó que tenía en puerta un “jale” por el cual podría ganar hasta 200 mil pesos. 

De inmediato pidió hablar con su hermano y pactaron el crimen de “El Indio”, jefe de la plaza del narcomenudeo del Vizcaíno. Lo primero que hizo fue viajar en camión hasta el poblado de Guerrero Negro acompañado de su prima Melissa Bátiz, quien radica en Tijuana. 

El presunto sicario relató en su declaración que ambos se hospedaron en el hotel del cual “no conocía el nombre, porque desconocía la ciudad”. Ahí le fue entregada una camioneta color verde, tipo Jeep Cherokee, a bordo de la cual se trasladó en varias ocasiones al Vizcaíno para ir conociendo el terreno y ubicar a la víctima, a quien en un par de ocasiones visitó con el pretexto de comprarle una camioneta pick-up que tenía en venta, y así ubicarlo físicamente. De hecho comentó que en el poblado El Vizcaíno se hospedó durante una noche, en un hotel donde tuvo un encuentro con ‘El Zavala’ y varias gentes más que le dijeron, tenían que “aventarse el ‘jale’ rápidamente, porque se estaba retrasando mucho y podían calentar el terreno”. 

Según describió, la tarde del crimen salió de Guerrero Negro a El Vizcaíno, y en un hotel localizado a la salida del pueblo ya era esperado por varias gentes en el cuarto número 7,  donde conoció a otra persona que participaría en el crimen.

De acuerdo con su declaración, ahí recibió una pistola cromada calibre 38 Colt Commander, con la imagen de un caballito en las cachas y el cargador abastecido. Su cómplice obtuvo un rifle de asalto AK-47.

Terminada la entrega, “El Zavala” y su hermano se fueron acompañados de dos mujeres para ubicar a “El Indio”. Después de dos horas encerrados en el hotel, recibieron una llamada de parte de ellos, donde les avisaron que la víctima se encontraba dentro del negocio denominado Servicio Eléctrico Amador, localizado sobre la carretera a Bahía Tortuga.
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