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La loca leyenda del Unicornio de los McLaren que se perdió en Sinaloa cuando mataron a uno de los Jefes del Narco

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Se fabricaron 106 McLaren F1 (incluyendo los cinco prototipos originales y los modelos de competición) de 1992 a 1998. Y la marca, los coleccionistas, brokers y demás especialistas de la marca saben donde están cada uno de ese centenar de coches. Salvo uno. Hay un aura de misterio que rodea este coche desde el mismo momento que salió de fábrica hasta que se perdió su pista en Culiacán (Sinaloa), México.

El chasis número 39 fue fabricado en 1995 y es uno de los dos McLaren de color marrón que salieron de fábrica. Con un acabado Brazilian Brown Metallic, se dice erróneamente que se trata del coche de Creighton Brown. Cuando el suyo es el número 29 y luce un color que lleva sencillamente su nombre: Craighton Brown.

Craighton Brown es un empresario inglés que, entre otras cosas, ayudó a Ron Dennnis para tomar el control de McLaren. En los años 70, Brown se dedicó al automovilismo. Ex piloto y constructor, le ofrecieron dirigir el equipo Chevron Formula 2. Esto le llevó a conocer el entonces jefe de Project Four Racing, Ron Dennis.


A finales de 1978, Brown se unió a Dennis en el Project Four y en 1981 la pareja tomó una participación mayoritaria en el equipo McLaren de Fórmula 1. Durante el tiempo de Brown como director en McLaren, el equipo ganó siete títulos de Constructor y ocho Campeonatos Mundiales de Pilotos.

En 1989, Brown fue fundamental para la financiación del proyecto de Gordon Murray a la hora de crear el mejor deportivo del mundo y por tanto de McLaren Cars. A finales de 1995, Creighton Brown recibió su F1 personalizado (el número 29), pero dicen que pocas veces lo utilizó, pues se movía con uno de los prototipos de F1.

Y es aquí donde empieza el misterio del chasis número 39. No se trata del coche de Craighton Brown y apenas se sabe nada de él. Lo único que se sabe de ese coche es que por 2003 y 2004 se dejó ver por Culiacán (Sinaloa) con en el frontal una matrícula inglesa, “P440CPJ”, y llantas pintadas en dorado al más puro estilo rally.

El problema, digamos, es que esa matrícula es de diciembre de 1996 y el chasis 39 es de 1995. Pero lo más problemático es que esa matrícula es del famoso McLaren F1 GTR con la decoración amarilla y verde de Harrod's. Y ese coche estuvo matriculado en el Reino Unido desde 1996. Es decir, el dueño no pudo vender su matrícula a otra persona (algo legal en el Reino Unido).

Es decir, no está claro que el coche ni siquiera esté matriculado e importado correctamente en México. Evidentemente, como el coche se mueve o se movía por Sinaloa, corren un montón de leyendas sobre el dueño del coche.

La más repetida y un tanto loca es la que cuenta que un jefe del cártel de la droga de Culiacán, considerado entonces como el más poderoso de América, compró en Inglaterra el coche y se lo trajo para México. En principio, un narco nunca llega a la edad de jubilación, y a este lo habría asesinado un cártel rival. Sus familiares habrían entonces escondido el coche en una granja y perdido las llaves. Incluso McLaren, que mantiene un registro de todos los modelos fabricados, ha perdido rastro del chasis número 39.

Si aunque sea una pequeña parte de esa leyenda es cierta, puede que el McLaren F1 número 39 se convierta para McLaren en lo que el Type 57 Atlantic "La Voiture Noire" es para Bugatti, un unicornio del que nunca se sabrá realmente qué ha pasado con el coche. Y es que, habida cuenta de la situación en Sinaloa, no están las cosas como para ponerse a husmear por las granjas y naves de la zona...
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