Mi padre había puesto su confianza en el gobierno mexicano y éste lo entregó a los estadunidenses como trofeo. Nunca podré perdonarlos dice Iván Archivaldo Guzmán
Al igual que lo hizo su padre, Iván Archivaldo Guzmán, uno de los herederos del Chapo Guzmán decidió romper el silencio a través de una entrevista a una revista extranjera, en la que con parcas respuestas aseguró que existen muchas personas “que nos protegen a mi y a mi familia”.
La entrevista, realizada por el periodista ecuatoriano Ernesto Rodríguez Amari, pasó desapercibida luego de su publicación, en marzo de 2018, en el semanario belga Knack.
El periodista relató que para llegar al hijo de Joaquín “El Chapo” Guzmán Loera, fundador del cártel de Sinaloa, tuvo que pasar estrictas medidas de seguridad, como ser trasladado a un lugar desconocido con los ojos vendados.
Una de las primeras preguntas fue cómo se sintió cuando vio las imágenes de su padre siendo extraditado a Estados Unidos, en una foto que lo muestra esposado, sometido y en estado de indefensión.
“Sentí un dolor tremendo. Quería llorar, pero me dije que tenía que ser fuerte. No sé si alguna vez tendré la oportunidad de verlo de nuevo. Mi padre había puesto su confianza en el gobierno mexicano y éste lo entregó a los estadunidenses como trofeo. Nunca podré perdonarlos. Extraño terriblemente a mi padre”, expresó y consideró que el juicio en el que se le condenó a cadena perpetua no fue justo.
Cuestionado sobre su influencia en el mundo de las drogas, el mayor de los hermanos Guzmán estalló en risas y respondió que no se consideraba un personaje y que tampoco era su aspiración. “Si lo fuera y tuviera mucho poder, ¿no tendría que esconderme constantemente? Deberías preguntarle a mi novia cómo vivo”, apuntó.
“¿Puedo hablar sobre tu vida privada? Te busca la CIA, el FBI, la DEA, la Interpol y los servicios militares policiales y de inteligencia de México. ¿Esa es una vida?”, le preguntó el periodista.
“Es su trabajo buscarme y es mi trabajo esconderme. Soy consciente de que éste será el patrón por el resto de mi vida”, reconoció el hijo del Chapo.
Admitió que existía una guerra violenta entre el cártel de Sinaloa y el gobierno mexicano, la que aseguró que nunca terminará porque parte del trabajo del gobierno es “luchar contra nosotros” y contra las otras organizaciones criminales.
¿El Cártel de Sinaloa tendría 15 mil agentes de seguridad?, se le preguntó.
“No puedo dar detalles sobre el número, pero hay muchas personas que nos protegen a mí y a mi familia”, insistió y también se negó a dar detalles sobre el arsenal con el que cuenta la organización criminal. “Uno se defiende cuando lo necesita, pero no quiero decir nada más al respecto”, expresó.
El 14 de agosto de 2016 fue secuestrado en Puerto Vallarta, Jalisco, junto con su hermano, Jesús Alfredo, presuntamente en venganza por haber pisado uno de los bastiones del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG) con el que Sinaloa pelea el mercado en México y Estados Unidos.
Durante la entrevista se negó a aclarar quién los había secuestrado. “No mencionaré nombre. La única lección que aprendí de esto es que no puedo confiar en nadie, ni siquiera en mi propia sombra. Afortunadamente las personas que me secuestraron me perdonaron la vida. Esta es la única razón por la que todavía estoy con mi familia y amigos”, relató.
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