El operativo realizado esta semana por autoridades de la Ciudad de México y elementos de la Secretaría de Marina, evidenció el nivel de arsenal en manos de La Unión Tepito, relacionado con decenas de homicidios y extorsiones cometidos en la capital en los últimos años.
Que la organización contara con bodegas blindadas, laboratorios para elaborar drogas sintéticas, armas, un cuarto con cráneos para rituales y vecindades conectadas con un túnel, muestra que el grupo liderado por Oscar “N”, alias “El Lunares”, ha crecido gracias a la protección de autoridades, según ha señalado el Jefe de la policía capitalina.
El operativo, calificado por el Presidente del Consejo Ciudadano para la Seguridad y Justicia de la Ciudad de México, Salvador Guerrero Chiprés, como “sin precedentes”, dejó a 31 personas detenidas, 27 de las cuales fueron liberadas el pasado 24 de octubre por un Juez al comprobar que fueron torturadas, y también significó el inicio de una investigación contra un policía de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), presuntamente coludido con el grupo criminal.
Esta no es la primera vez que se habla de la relación de autoridades con el crecimiento del cártel, incluso sus orígenes estuvieron marcados por la protección de agentes de la entonces Procuraduría General de la República (PGR), muestra de ello fue la confesión que el narcotraficante Édgar Valdez Villarreal, “La Barbie”, hizo a la PGR y a la Policía Federal (PF) sobre la presencia de Ricardo Castillo López, un ex federal, en la reunión realizada en el barrio de Tepito en 2010, donde el grupo se creó.
Así lo documentó la investigación de los periodistas Sandra Romandía, David Fuentes y Antonio Nieto en el libro Narco CDMX (Grijalbo, 2019), donde señalan que “La Barbie”, preso en Estados Unidos, fue el fundador, el 18 de mayo del 2010, de La Unión de Tepito, como una forma de contrarrestar la pérdida de fuerza que había perdido en ese entonces en el cártel de los Beltrán Leyva luego del asesinato de su líder en 2009.
De acuerdo con fuentes citadas por los periodistas, “La Barbie” acudió a Tepito cuatro meses antes de ser detenido en el Estado de México y movilizó a decenas de hombres con gorras y aparentemente sin armas que custodiaron por cerca de seis horas la vivienda de la calle Hojalateros, donde el narcotraficante habría citado a las principales familias y grupos distribuidores de drogas en Tepito para unirlos y, a cambio, él proporcionaría sus contactos para protección de autoridades federales.
Desde entonces, autoridades capitalinas registraron extorsiones a comerciantes, secuestros cometidos por personas con uniformes como los de la policía federal y una serie de homicidios que el grupo de “La Unión” se atribuía. Los asesinatos de dos mujeres relacionadas con la venta de drogas en Tepito marcó el inicio de estos eventos criminales, sus cuerpos fueron hallados con signos de tortura en Santa Isabel Tola, al nororiente de la capital.
Desde que se registró la movilización de decenas aquel mayo de 2010, narraron los reporteros, la orden del Gobierno capitalino encabezado por Marcelo Ebrard fue no alertar a autoridades federales. Eso, el silencio y la negación de la presencia de grupos criminales, fue una tendencia que se repitió en años posteriores con Miguel Ángel Mancera como Jefe de Gobierno capitalino y que cobró factura en las cifras de crímenes.
El Gobierno del mandatario negó la presencia de cárteles, con lo que, de acuerdo con Guerrero Chiprés, las organizaciones delictivas surgidas en la Ciudad de México -como La Unión Tepito- y otras con presencia en diversas entidades y que llegaron a la capital “crecieron estimuladas por ese abandono y por la corrupción policial” por lo que el sexenio previo “fue un caldo de cultivo para el crecimiento de estas organizaciones”, dijo.
En ese sentido se pronunció Francisco Rivas, Director del Observatorio Nacional Ciudadano, quien recordó que el negar la realidad en la capital impidió que las autoridades se preparan para enfrentarla, pues no dispusieron ni de recursos ni acciones para combatirla.
“El decir que en la Ciudad de México no había cárteles operando no solo era una ingenuidad, era un franco y absoluto error y eso se demostraba en el hecho de que simple y sencillamente el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México es uno de los puntos de mayor ingreso de drogas al país, por eso, evidentemente si no tienes una política clara de reconocimiento de las debilidades tampoco vas a poder generar sistemas de reacción ante los delitos”, expuso a este medio digital.
LOS PUNTOS DONDE OPERA
En el caso de La Unión Tepito, informes de la Procuraduría General de Justicia capitalina y de la PGR -ahora FGR- difundidos en medios nacionales muestran que el grupo criminal tiene presencia en alcaldías como Gustavo A. Madero,Venustiano Carranza, Cuajimalpa, Benito Juárez, Cuauhtémoc, Miguel Hidalgo, Álvaro Obregón, principalmente en las zonas del Centro Histórico, La Merced, Condesa, Polanco y Zona Rosa.
Los especialistas en seguridad recordaron en que dichos lugares de la capital destacan también por el elevado número de delitos como extorsiones, robos, secuestros y homicidios.
“Entre los polígonos más peligrosos está Venustiano Carranza, Cuauhtémoc, que colinda con la zona centro y con la Merced y Tepito son de los más violentos que tenemos en la capital”, destacó Salvador Guerrero.
Las alcaldías que lideran las tasas de extorsión son precisamente en las que tiene presencia el cártel. Mientras en la Ciudad de México de enero a septiembre se tiene registro de que se cometen 10 extorsiones por cada 100 mil habitantes, Cuauhtémoc y Benito Juárez lideran la cifra, pues la tasa es de 31.24 y 16.07 respectivamente.
En tercer lugar se coloca Iztacalco (13.02), y siguen otras dos con presencia de La Unión: Miguel Hidalgo (12.80) y Venustiano Carranza (12.65).
Además, cuatro de las cinco alcaldías que lideran las cifras por la incidencia de dicho delito acumulada de enero a septiembre de 2019, según datos del Secretariado del Ejecutivo de Seguridad Nacional, también tienen presencia del cártel. Estas son Cuauhtémoc en primer lugar, en tercero, cuarto y quinto Gustavo A. Madero, Benito Juárez y Álvaro Obregón respectivamente.
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Solo Cuauhtémoc concentra 18 por ciento del total de las carpetas iniciadas de de enero a septiembre de 2019 en la capital.
Algo similar se observa con el delito de homicidios dolosos, la tasa en la capital es de 17 por cada 100 mil habitantes, mientas que Venustiano Carranza y Gustavo A. Madero superan esa tasa con 27.90 y 25.65 respectivamente; le siguen Tláhuac (20.46) e Iztapalapa (20.11) -donde se ha señalado la presencia del Cártel de Tláhuac- y Gustavo A. Madero (19.82) y Álvaro Obregón (18.19).
En materia de secuestros, de igual forma los primeros lugares de las tasas los ocupan Cuauhtémoc (5.84), Miguel Hidalgo (3.91), Benito Juárez (3.76) y Cuajimalpa (3.46), cuando la media a nivel nacional es de 2 por cada 100 mil habitantes.
Sobre narcomenudeo, la colonia Morelos de la Alcaldía Cuauhtémoc, justo donde esta semana se efectuó el operativo contra la La Unión Tepito, concentra la mayor cantidad de carpetas de investigación iniciadas en el primer semestre del año, con 232; le sigue la colonia Centro de la misma Alcaldía y en tercer lugar la colonia Morelos de Venustiano Carranza, de acuerdo con los datos abiertos de la Ciudad de México analizados por el Observatorio Nacional Ciudadano.
EL CÁRTEL Y “EL LUNARES”
El Secretario de Seguridad Ciudadana, Omar García Harfuch, confirmó esta semana en conferencia de prensa que el operativo en la colonia Morelos tenía el objetivo de detener a Óscar “N”, alias “El Lunares”, actual líder de La Unión de Tepito, pero no la captura no se concretó.
Imágenes obtenidas de cámaras de seguridad de autoridades capitalinas y difundidas por el periodista Carlos Jiménez, muestran que una semana antes de operativo circulaba en Tepito escoltado por personas en motocicletas y a bordo de un vehículo todo terreno Buggie color azul, mientras que otra imagen lo muestra en la calle Peralvillo mientras porta un arma larga.
Imágenes en manos de la policía capitalina también revelaron la cercanía de “El Lunares” con el policía de la Secretaría de Seguridad Ciudadana que renunció a su cargo y ya es investigado.
La intención de capturar al “Lunares” era frenar la ola de violencia desatada, de acuerdo con informes de inteligencia a los que tuvo acceso el diario Milenio, por una disputa que mantiene el cártel con la Fuerza Anti Unión de Tepito, cuyo dirigente, Jorge “N”, alias “El Cabezas”, fue detenido el 17 de octubre.
En otro operativo reciente, el Pedro “N”, alias “El Jamón”, cabecilla de La Unión Tepito, fue detenido en la capital del país.
La Unión y la Fuerza Anti Unión pelean desde hace años el control de las zonas de venta de drogas y armas, así como el liderazgo en extorsiones, secuestros y cobro de derecho de piso. Medios nacionales han reportado que los enfrentamientos entre ambos grupos se recrudecieron desde el 11 de octubre del 2017, cuando Pancho Cayagua, fundador de La Unión Tepito, fue asesinado en la Alcaldía Gustavo A Madero.
“El Lunares” habría asumido el liderazgo del cártel luego de que en agosto de 2018 Roberto “N”, alias “El Betito”, entonces jefe del grupo criminal, fue detenido en Tlalpan y llevado desde entonces al Reclusorio Varonil Oriente.
EL OPERATIVO
La madrugada de este martes, 147 efectivos de la Secretaría de Marina, cerca de 600 policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México y 90 agentes de investigación de la Procuraduría General de Justicia detuvieron a 31 personas, 26 hombres y cinco mujeres. Dos días después, un Juez de control determinó liberar a 27 de ellos por considerar que su captura fue ilegal al considerar que existen elementos que indican violencia en los arrestos, además de presunta fabricación de pruebas.
La Jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum Pardo, calificó este viernes la decisión del Juez como “desafortunada” y defendió la postura de la Procuraduría General de Justicia, sobre la existencia de pruebas irrefutables que comprueban la relación de las personas detenidas con actividades criminales.
Además de los detenidos, fueron hallados dos laboratorios para la confección de drogas sintéticas y bodegas para almacenar las drogas. Se incautaron cerca de 50 kilos de precursor químico, 2.5 toneladas de mariguana, 20 kilos de cocaína y cuatro de metanfetamina.
En otros dos inmuebles, presuntamente utilizados como bodegas, se encontraron 13 armas de fuego cortas, siete armas de fuego largas, un tubo lanzacohetes, 17 cargadores de arma larga y 37 de arma corta, además de mil 520 cartuchos útiles y cinco granadas.
Para Salvador Guerrero, el hallazgo de dos narcolaboratorios de droga dura en la capital es algo importante toda vez que no se había visto antes, además, destacó que se comprueba la presencia de organizaciones de alta peligrosidad en la Ciudad de México y la existencia de lugares “o sitios de seguridad donde hay restos humanos”.
Y es que en uno de los lugares decomisados, la Secretaría de Seguridad Ciudadana encontró figuras, máscaras y algunos cráneos presuntamente usados para realizar algún ritual de brujería.
En una de las habitaciones del predio registrado se puede encontrar una cantidad de hornos de microondas junto con algunos químicos para llevar a cabo la elaboración de las drogas.
Otra de las habitaciones aparece como un cuarto en construcción, en el cual se observan las restos de materiales pero cuenta con puertas reforzadas de seguridad.
El nombre de “El Lunares” apareció escrito en una de las paredes del lugar junto con el dibujo de una Luna.
En otro de los predios que fueron revisados, que presuntamente era utilizado como pensión, se descubrieron varios vehículos con reporte de robo, así como costales con mariguana, el decomiso y las detenciones se habría efectuado gracias a la atención de denuncias ciudadanas.
El presidente del Consejo Ciudadano defendió el operativo porque, dijo, envía un mensaje de coordinación con fuerzas de distintas índoles y deja claro que se perseguirán delitos como la corrupción policial.
Cuestionado sobre la eficacia de este tipo de acciones contra el crimen organizado, Francisco Rivas, del Observatorio Nacional Ciudadano, opinó que si estos se realizan con coordinación no tendría que haber “resultados negativos”, pero estos sí pueden “poner en movimiento equilibrios de la criminalidad”, es decir, que delincuentes pueden buscar nuevos el modus operandi, “porque entre que se van reconfigurando, entre que se abren espacios de oportunidad para algunos grupos para golpear a otros”.
Aunque esto no hay certeza de que esto suceda siempre que se realizan operativos, destacó la importancia de que se realicen con consciencia de las autoridades sobre la posible alza de otros delitos para generar sistemas de prevención.
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