El flujo de rifles de asalto, como los que utilizó el cártel de Sinaloa el pasado 17 de octubre en Culiacán, Sinaloa, continúa sin control desde Estados Unidos hacia México.
De 2013 a 2018, al menos 28 mil 602 fusiles de alto poder, como los AK-47, conocidos como cuernos de chivo; los AR-15 y su variación M16 o los Barret calibre .50, fueron decomisados a la delincuencia en este país.
La cifra representa la tercera parte del armamento incautado por el gobierno federal en este periodo, de acuerdo con un reporte de inteligencia del Departamento de Alcohol, Tabaco, Armas de Fuego y Explosivos (ATF por sus siglas en inglés).
Además de los AR-15, AK-47 y Barret, la agencia federal de seguridad estadunidense identificó entre los principales fusiles semiautomático el VEPR, calibre 7.62, y Saiga, calibre 5.45, ambos de fabricación rusa.
También destacan el Tabuk y el AKK, de orígenes iraquí y búlgaro, respectivamente, ambos de calibre 7.62, entre otros. Este tipo de armas se ha convertido en el predilecto de los grupos del crimen organizado.
Una de las razones es la facilidad con que se pueden modificar para convertirlos en automáticos y conseguir mayor poder, ya que con este armamento se puede alcanzar blancos a 600 metros de distancia.
Los cambios son tan sencillos que incluso los proveedores de armas en Estados Unidos cuentan con tutoriales impresos y en video para detallar la conversión de los fusiles.
En el vecino país del norte la venta de rifles de asalto semiautomático es legal, pero no la de los automáticos; sin embargo, no hay impedimento para adquirir equipo que los modifique, el cual es tan fácil de conseguir como navegar en internet.
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