Sin embargo, antes de que este capo llegara a crear un imperio dentro del mundo de las drogas, hubo otro grupo de sinaloenses que prácticamente le enseñaron el negocio a Guzmán Loera y a otros delincuentes.
Uno de ellos es Rafael Caro Quintero, quien llegó a ser conocido como el “Narco de narcos”, que junto a Miguel Ángel Félix Gallardo y Ernesto Fonseca Carrillo, fundaron el cártel de Guadalajara, el primer grupo organizado dedicado al narcotráfico en México.
Fue precisamente en ese cártel donde “El Chapo” se inició como pistolero, al igual que lo hicieran otros capos como los hermanos Arellano Félix, quienes posteriormente crearían el cártel de Tijuana.
Caro Quintero nació en Sinaloa y desde muy joven tuvo que trabajar debido a la muerte de su padre, pero fue a los 18 años cuando se involucró en el cultivo de marihuana de la mano de un narcotraficante local llamado Pedro Avilés.
Posteriormente, en la década de los 80, ya era un capo poderoso junto a Félix Gallardo y Fonseca Carrillo, quienes corrompían a empresarios, políticos y policías para establecer sus redes de operación en todo el país.
Incluso, a Caro Quintero se le realizó uno de los decomisos más grandes en la historia del narcotráfico, cuando en 1984 el Ejército mexicano detectó y destruyó un plantío de marihuana de al menos 544 hectáreas, ubicado en un lugar conocido como Rancho Búfalo, en el estado mexicano de Chihuahua.
Ese golpe, y el asesinato del agente de la DEA Enrique Camarena en 1985, marcó el inicio de la debacle del cártel de Guadalajara, y también de Caro Quintero.
Obligado a escapar ante la persecución de las autoridades, decidió refugiarse en Costa Rica junto con su novia Sara Cosío, sobrina del gobernador del estado mexicano de Jalisco.
Fue en ese país donde Caro Quintero finalmente fue capturado y extraditado a México para cumplir una condena de 40 años, de la cual solamente cumplió 28, ya que en 2013 quedó en libertad cuando un juez le otorgó la libertad por inconsistencias en el proceso.
Pese a que el gobierno mexicano pidió nuevamente su captura con fines de extradición, para ese entonces ya se encontraba libre y nadie sabía su paradero.
Es así como Caro Quintero lleva seis años prófugo, y el Departamento de Estado de EE.UU. ofrece una recompensa de hasta $20 millones por información que conduzca a su arresto.
Sin embargo, desde ese entonces las autoridades no saben nada de él, aunque en 2016 ofreció una entrevista a la revista mexicana Proceso, y posteriormente a Huffington Post, donde reveló que no volvería a dedicarse al narcotráfico y que no era culpable del asesinato del agente de la DEA.
Pese a ello, parece que Estados Unidos no cree en su versión, y por eso lo mantiene en su lista de los 10 hombres más buscados por el FBI, una lista de la que solo se sale una vez capturado, o muerto.
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