Michoacán. La presencia militar en territorio michoacano y el combate a los grupos del crimen organizado, ha provocado enfrentamientos que colocan al estado como uno de los que más muertes ha dejado producto de la presencia de soldados.
Al menos cinco agresiones hubo el año pasado, entre ellas la ocurrida el 21 de febrero en la localidad de Buenavista Tomatlán, con el grupo criminal «Los Viagras», que dejó a nueve sicarios y a un teniente coronel muertos.
Los soldados fueron sorprendidos en la comunidad de Pinzándaro, en Buenavista Tomatlán, cuando realizaban recorridos de vigilancia terrestres en esa zona de Tierra Caliente, Michoacán, considerada uno de los bastiones de los «Los Viagras», organismo encabezado por los hermanos Sierra Santana.
Los enfrentamientos entre el Ejército y «Los Viagras» escalaron este año, ya que esa organización es considerada una de las principales generadoras de violencia en la región de Tierra Caliente.
Este lunes, el Ejército y la Policía de Michoacán se movilizaron de nuevo a esa localidad tras reportarse varias balaceras, entre presuntos miembros del «Cártel Jalisco Nueva Generación» y de «Los Viagras», quienes pelean el control del municipio de Buenavista Tomatlán, colindante con Jalisco.
Van 82 enfrentamientos en el país
El Ejército Mexicano ha sido atacado por el crimen organizado en 82 ocasiones desde diciembre del año pasado hasta marzo de 2019. De esas agresiones, la mayoría se registró en Tamaulipas.
Derivado de estos enfrentamientos armados, cuatro militares perdieron la vida, entre ellos un teniente coronel, y 26 resultaron heridos, de acuerdo con un informe de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) obtenido a través del sistema de transparencia.
En Tamaulipas, el personal militar desplegado en tareas de seguridad pública evitó 45 agresiones en dicho periodo, principalmente en los municipios de Nuevo Laredo, Reynosa, Camargo, Miguel Alemán, Matamoros y San Fernando, donde escisiones de los cárteles del «Golfo» y de «Los Zetas» se disputan los territorios para la venta de drogas, secuestro y extorsión.
El 9 de marzo, los soldados abatieron a seis sicarios del «Cártel del Noreste», escisión de «Los Zetas», durante dos enfrentamientos seguidos en la ciudad de Nuevo Laredo.
Antes, el 11 de enero, una militar del 16 Regimiento de Caballería Motorizada en Nuevo Laredo, Tamaulipas, murió durante una balacera con presuntos delincuentes en la mencionada ciudad fronteriza con Estados Unidos.
En Sonora e Hidalgo han sucedido cuatro agresiones; en Sinaloa, Guerrero y Oaxaca, tres; en Guanajuato, el Estado de México, Jalisco y Puebla, dos, y en Tabasco, uno, según el informe obtenido.
En abril pasado, el crimen organizado asesinó a un militar que realizaba labores de inteligencia en Guanajuato, entidad azotada por el enfrentamiento entre el «Cártel Santa Rosa de Lima» y el «Cártel Jalisco Nueva Generación» por el control del robo de combustible, el secuestro y la extorsión.
En lo que va del año, cinco militares han perdido la vida durante el combate al narcotráfico y a la portación ilegal de armas de fuego, de acuerdo con el sitio oficial de la Secretaría de la Defensa Nacional.
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