Durante un festejo de cumpleaños, elementos del Ejército capturaron a un presunto partícipe en la emboscada en la que murieron cinco militares en septiembre de 2016 y operador financiero del Cártel de Sinaloa.
Tras la detención, los asistentes a la fiesta fueron retenidos en el lugar por el personal militar durante más de 15 horas.
El detenido es Luis Gabriel Valenzuela Valenzuela y/o Julián Grimaldi Paredes.
También capturaron a Juan Carlos Hernández Vega, Víctor Valdez Inzunza, Jesús Daniel Calderón Valenzuela, Víctor Yejudi Ochoa García y Juan Jacobo Anaya.
Hay un séptimo detenido, que resultó herido de una pierna y cuyo nombre se desconoce.
De acuerdo a un parte militar al cual Ríodoce tuvo acceso, Luis Gabriel presuntamente participó en la emboscada a los militares que trasladaban a un sicario del Cártel de Sinaloa la madrugada del 30 de septiembre y en la que murieron cinco soldados y 10 más resultaron lesionados.
Al detenido también lo ubican como operador financiero del Cártel de Sinaloa y propietario de uno de los ranchos asegurados en octubre de 2016 en la comunidad de Paredones.
En esa propiedad, personal militar y de la Procuraduría General de la República decomisaron armas, mariguana, “cristal”, cocaína y animales exóticos.
En ese mes, la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada de la PGR, realizó operativos en los que aseguró varios inmuebles como parte de las investigaciones de la emboscada a los soldados, pero no hubo ningún detenido.
Cuando fue aprehendido la madrugada del viernes, el presunto miembro del Cártel de Sinaloa portaba un oficio apócrifo del Estado Mayor Presidencial y una credencial de empleado de una empresa de investigación y custodia.
Los seis presuntos delincuentes fueron detenidos en una celebración de cumpleaños en un domicilio ubicado en el bulevar Orquídeas y Doctor Martín Luther King, en el fraccionamiento Colinas de la Ribera.
En el lugar decomisaron fusiles AK-47 y AR-15, un fusil Barret calibre 50, pistolas, radios de comunicación, cargadores de varios calibres, dinero en efectivo, un jaguar y tres vehículos.
De acuerdo con el parte informativo, los militares llegaron al lugar alrededor de las 3:00 horas del viernes.
Los militares supuestamente recibieron una llamada anónima que señalaba que en ese lugar había personas armadas.
Los soldados arribaron al lugar y sometieron a los hombres que se encontraban en el festejo, en el que también había mujeres y niños.
A las mujeres les dijeron que se podían retirar del lugar junto con los niños, pero se negaron debido a que argumentaron que si dejaban a sus parejas los golpearían.
Los asistentes, los músicos y los encargados de la comida estuvieron retenidos durante más de 15 horas, entre ellos los niños.
Durante la mañana un helicóptero del Ejército realizó sobrevuelos en la zona.
Familiares de las personas retenidas empezaron a llegar hasta el lugar ya que fueron avisados vía telefónica por sus parientes que se encontraban retenidos.
En el trascurso del día llegaron más de 30 personas a esperar. De acuerdo con los familiares, sus parientes les dijeron que estaban sin comer y sin tomar agua.
Una mujer pidió a los militares que le entregaran un medicamento a su esposo debido a que padece diabetes, pero los solados se negaron.
Otra joven llegó con pastillas para su papá, quien era de las personas que se encontraban sirviendo la comida, ya que padece del corazón y tampoco accedieron a entregarle el medicamento.
Durante el tiempo que estuvieron retenidos, mantuvieron contacto con sus familiares por mensajes hasta que llegó el personal de la Procuraduría General de la República (PGR), que no les permitieron usar los teléfonos celulares.
Dentro del inmueble quedaron alrededor de 63 personas y afuera sus familiares esperaron durante más de 10 horas.
“Es un abuso lo que están haciendo, los tienen ahí adentro sin comer y sin tomar agua; si ellos no traían armas ni nada para qué los tienen ahí encerrados, es una infamia”, expresó la madre de una mujer que se encontraba retenida.
Al mediodía, los familiares empezaron a llevar comida y bebidas y el personal militar permitió que mujeres que se encontraban retenidas salieran a recibir los alimentos.
Los militares sitiaron varias cuadras alrededor del inmueble y solo permitían el paso de las personas que vivían cerca del domicilio donde estaban los retenidos.
Frente al inmueble está ubicada la secundaria y preparatoria del Colegio Valladolid, en el que suspendieron clases.
Alrededor de las 16:00 horas ingresaron al inmueble elementos de la Agencia de Investigación Criminal (AIC) y de la Subprocuraduría Especializada en Investigación de Delincuencia Organizada, a bordo de al menos 10 camionetas y vehículos.
Fue hasta entonces cuando empezaron a revisar el lugar e interrogar a los asistentes.
Después de las 17:30 horas empezaron a salir las primeras personas.
El personal de la PGR primero revisaba los vehículos y luego permitía la salida.
Una de las personas que se encontraba en la fiesta dijo que los elementos de la AIC les preguntaban sobre el festejado.
Mientras las personas salían, uno de los soldados que se encontraba en uno de los vehículos blindados Panhar, parado donde se encontraban los familiares esperando, reclamaba que los acusaban de secuestro.
“Que estaban secuestrados, los teníamos secuestrados, están saliendo como en las películas cuando los liberan, ¿cuál secuestro?, eso no es secuestro, ah pero hasta los graban y los entrevistan”, gritaba desde arriba del vehículo.
Alrededor de las 19:00 horas, el personal de la AIC, SEIDO y militares se retiraron del lugar y liberaron el inmueble y las vialidades que tenían bloqueadas.
El cuarto implicado
Luis Gabriel es el cuarto detenido por la emboscada a los militares en octubre de 2016.
Actualmente dos supuestos responsables están detenidos y otro más murió después de fugarse del penal.
Los detenidos son Jorge Alberto Salas Gastélum, alías el Furcio o el 90; y Jesús René Rodríguez Dueñas, el Rino.
El tercer involucrado detenido era Francisco Javier Rosales Zazueta, el Chimali, quien se fugó del penal de Culiacán en marzo de 2017 y un mes después fue muerto por fuerzas federales en un enfrentamiento.
Las autoridades estiman que fueron más de 30 sicarios los que emboscaron a los soldados para rescatar a Julio Óscar Ortiz Vega, el Kevin, quien habían resultado lesionado en un tiroteo en Badiraguato.
El Kevin fue encontrado muerto en marzo de 2017, frente a una tienda de autopartes en Navolato.
Hasta la fecha los dos detenidos por la emboscada no han sido sentenciados.
Batida militar en Paredones
Después de la agresión a los militares, elementos del Ejército y PGR empezaron operativos de búsqueda de los responsables que se enfocaron en el poblado Paredones.
Desde los primeros días de octubre tomaron el pueblo y empezaron con cateos; y según los habitantes con atropellos.
En esos días fue cuando aseguraron el rancho Paredones, según el parte informativo, propiedad de Juan Gabriel Valenzuela Valenzuela.
Los soldados y personal de PGR permanecieron en la comunidad durante alrededor de 15 días.
En los cateos aseguraron inmuebles, 41 vehículos, 12 caballos, un león blanco, 278 teléfonos celulares, cinco relojes marca Rolex, 12 mil 220 dólares, equipo táctico, fusiles, granadas, cargadores y lanzagranadas.
Los habitantes acusaron a los soldados de agresiones y quemar dos viviendas y una palapa, incluso se manifestaron en el Congreso del Estado y las instalaciones de la Novena Zona Militar para exigir que el Ejército se retirara de la comunidad.
En esa ocasión no hubo personas detenidas, solo decomisos.
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